El 22 de febrero de 1985 falleció el estudiante y militante del Partido Socialista de Chile, Carlos GODOY ECHEGOYEN.
Carlos se encontraba en Quintero junto a otros jóvenes militantes de la Juventud Socialista y del PS cuando fueron detenidos por funcionarios de Carabineros de la Comisaría de esa localidad, siendo acusados de formar parte de una escuela de guerrillas.
Los jóvenes fueron interrogados y torturados brutalmente en la Comisaría de Quintero y luego trasladados a Viña del Mar, para más tarde ser vueltos a Quintero, donde se hicieron cargo del operativo miembros del DICOMCAR que viajaron especialmente desde Santiago. Nadie sabe que sintió Carlos cuando laceraban su carne con electricidad, la inmensa soledad de aquel momento eterno en que se confunden gritos y golpes, recuerdos, furia e impotencia. Nadie sabe que sintió Carlos, pero sí sabemos que sus asesinos no tuvieron compasión y lo torturaron hasta la muerte. Y, por cierto, como acaecía siempre, intentaron ocultar su crimen aduciendo que Carlos Godoy había fallecido de un ataque cardíaco, pero la persistencia de sus familiares, amigos y organizaciones de derechos humanos logró desentrañar el entramado de mentiras urdido por carabineros. Se supo que los jovenes fueron trasladados a Viña del Mar y posterioremente devueltos a Quintero donde se hizo cargo de los interrogatorios personal de la Dicomcar venido especialmente desde Santiago. Uno de ellos era el capitán de carabineros Héctor Díaz Anderson, miembro de la entidad de la policía encargada de la represión y de numerosos crímenes y que dependía directamente del Director general de Carabineros a la sazón, César Mendoza.
Los jóvenes socialistas fueron golpeados y se les aplicó electricidad. A consecuencia de este trato falleció Carlos. Oficialmente Carabineros señaló que la muerte se produjo por una afección cardíaca. La información que se posee, entre la que se cuenta sus antecedentes médicos previos y los protocolos de autopsia, no dejan dudas de que la muerte de Carlos Godoy fue causada por las bestiales torturas que se le infligieron por parte de agentes estatales en violación de sus derechos humanos.
Carlos tenía 23 años. Junto a su madre había retornado a Chile desde el exilio hacía 8 meses. Los estudiantes que habían sido detenidos por la CNI fueron testigos de sus desgarradores gritos bajo tortura, hasta el silencio final.
Los 12 camaradas restantes debieron pasar largos años en la cárcel y en su calidad de presos políticos jámas dejaron de lavantar las rojas banderas del socialismo.
Que nuestra débil memoria recuerde siempre a jóvenes como Carlos Godoy Echegoyen, quienes llenos de alegría y generosidad, lucharon por la libertad del pueblo y por el socialismo.
Carlos se encontraba en Quintero junto a otros jóvenes militantes de la Juventud Socialista y del PS cuando fueron detenidos por funcionarios de Carabineros de la Comisaría de esa localidad, siendo acusados de formar parte de una escuela de guerrillas.
Los jóvenes fueron interrogados y torturados brutalmente en la Comisaría de Quintero y luego trasladados a Viña del Mar, para más tarde ser vueltos a Quintero, donde se hicieron cargo del operativo miembros del DICOMCAR que viajaron especialmente desde Santiago. Nadie sabe que sintió Carlos cuando laceraban su carne con electricidad, la inmensa soledad de aquel momento eterno en que se confunden gritos y golpes, recuerdos, furia e impotencia. Nadie sabe que sintió Carlos, pero sí sabemos que sus asesinos no tuvieron compasión y lo torturaron hasta la muerte. Y, por cierto, como acaecía siempre, intentaron ocultar su crimen aduciendo que Carlos Godoy había fallecido de un ataque cardíaco, pero la persistencia de sus familiares, amigos y organizaciones de derechos humanos logró desentrañar el entramado de mentiras urdido por carabineros. Se supo que los jovenes fueron trasladados a Viña del Mar y posterioremente devueltos a Quintero donde se hizo cargo de los interrogatorios personal de la Dicomcar venido especialmente desde Santiago. Uno de ellos era el capitán de carabineros Héctor Díaz Anderson, miembro de la entidad de la policía encargada de la represión y de numerosos crímenes y que dependía directamente del Director general de Carabineros a la sazón, César Mendoza.
Los jóvenes socialistas fueron golpeados y se les aplicó electricidad. A consecuencia de este trato falleció Carlos. Oficialmente Carabineros señaló que la muerte se produjo por una afección cardíaca. La información que se posee, entre la que se cuenta sus antecedentes médicos previos y los protocolos de autopsia, no dejan dudas de que la muerte de Carlos Godoy fue causada por las bestiales torturas que se le infligieron por parte de agentes estatales en violación de sus derechos humanos.
Carlos tenía 23 años. Junto a su madre había retornado a Chile desde el exilio hacía 8 meses. Los estudiantes que habían sido detenidos por la CNI fueron testigos de sus desgarradores gritos bajo tortura, hasta el silencio final.
Los 12 camaradas restantes debieron pasar largos años en la cárcel y en su calidad de presos políticos jámas dejaron de lavantar las rojas banderas del socialismo.
Que nuestra débil memoria recuerde siempre a jóvenes como Carlos Godoy Echegoyen, quienes llenos de alegría y generosidad, lucharon por la libertad del pueblo y por el socialismo.
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