jueves, 31 de octubre de 2013

Así mataron a Salvador Allende


Se cae a pedazos la versión del suicidio del mandatario socialista y Clarinet revela un informe del 12 de septiembre de 1973 de la Brigada de Homicidios de Investigaciones, jamás admitido oficialmente, que dice que el último romántico de este país, en realidad fue acribillado a balazos.
Por Enrique Gutiérrez A. y Horacio Marotta R. /ClariNet*

La Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, representada por el abogado Eduardo Contreras, pidió al ministro en visita Mario Carroza exhumar el cuerpo del presidente mártir Salvador Allende, en el marco de la investigación de varias causas reabiertas recientemente por violaciones a los derechos humanos.

Contreras, un diputado comunista por Chillán hasta septiembre de 1973, indicó que "entendemos el dolor de lafamilia ante algo como esto, pero lo más importante es la verdad histórica y la justicia".

Además, el abogado, hoy dedicado a causas de derechos humanos, presentó 403 querellas por 566 víctimas de la dictadura y en el caso de Allende se espera encontrar nuevos antecedentes que permitan echar por tierra la versiónoficial, emanada de la dictadura, del suicidio.

El juez Carroza, a su vez, anunció que inició la ronda de interrogatorios por la investigación de la muerte de Salvador Allende, que comenzaron con el medicó Patricio Guijón, el principal y dudoso testigo de la tiranía para avalar el supuesto suicidio. Guijón no era médico de Allende sino de su secretaria Miriam Contreras. Llevado a la isla Dawson y devuelto a Santiago en diciembre de 1973, nunca se le dejó salir deChile aunque no representaba un peligro para nadie y en los primeros meses estuvo detenido en Investigaciones, donde se realizaban en ese momento experimentos sobre lavado de cerebro, algunos de estos por parte del sicólogo Hernán Tuane.

Raro pero cierto

En esta etapa del proceso se pretende interrogar a testigos y personas que estuvieron en La Moneda la mañana del 11 septiembre de 1973, fecha de la muerte del mandatario socialista.

Es decir, a los pocos que quedan, porque en su mayoría fueron asesinados entre el 12 y el 14 de septiembre de ese año.

ClariNet tiene antecedentes jamás revelados públicamente hasta ahora, del informe de los detectives de la Brigada de Homicidios de la policía civil de Investigaciones que fueron llamados a La Moneda en llamas el 11 de septiembre de 1973 y entregado al día siguiente, donde estos ponen en duda la teoría del suicidio dada a conocer el propio 11 por el fallecido dictador Augusto Pinochet al comenzar la tarde, sobre caliente, antes de que se hiciera ni siquiera un examen forense del cuerpo.

Según los detectives especializados de aquella época, hoy fallecidos, la posición del cuerpo de Allende en el sillón donde se le encontró en un salón frente a la puerta de Morandé 80 del palacio de La Moneda, no era natural, daba al impresión que lo tiraron sobre el mueble de mala manera tras acribillarlo a balazos cuando aún estaba al pie de la escalera que llevaba al segundo piso de Morandé 80, donde se quedó con su arma tras obligar a bajar a sus últimos compañeros, en un intento por salvarle la vida que no tuvo resultado alguno.

Tampoco, se dijo, era normal la posición del fusil AKA que tenía entre sus piernas y que tal como estaba, no habría posibilitado un supuesto balazo en la barbilla cuando Allende aún vivía.

Además se hizo notar que un disparo de un arma de esa potencia en el mentón, habría destruido por completo la cabeza del mandatario no solo su cráneo trasero.

Igualmente se indicó que a simple vista, Allende aparecía con más de treinta impactos de bala de fusil, algunos de los cuales los recibió con vida dado que eran heridas sangrantes, un detalle que fácilmente corroboraría un examen forense oportuno.

Obviamente que una persona alcanzada por las balas de los fusiles Sig que usaban los asaltantes de La Moneda habría tenido muy escasas posibilidades de sentarse en un sillón, colocar su AKA entre las piernas, apoyar la barbilla en el cañón y apretar el gatillo. Y menos Guijón tiempo y sangre fría para ser un tranquilo espectador e todo esto.

Este informe de la Brigada de Homicidios nunca se tomó en cuenta y debió ser destruido porque contradecía la versión oficial de la Junta Militar, posiblemente consensuada con la embajada de los Estados Unidos porque el primero que la dio a conocer fue el propio Pinochet, curiosamente champurreando en un pésimo inglés.

La versión policial sólo circuló en conversaciones privadas entre detectives, uno de los cuales le hizo la revelación a la esposa de un periodista del desaparecido diario Clarín, dado que eran amigos personales y el policía acudió a la señora para conocer la suerte corrida por su amigo tras el golpe.

Como demuestran las grabaciones de la radio que usaban los golpistas para comunicarse entre ellos, captadas por al embajada cubana en Santiago – a la que se intento asaltar y que libró un cruento combate con fuerzas golpistas --, que luego fueron dadas a conocer en un programa de Radio Habana, se escucha a Pinochet, con su característica “voz de perro” como dijo en su momento la BBC de Londres, llamando al contra almirante Patricio Carvajal Prado, coordinador del sanguinario cuartelazo contra un pueblo indefenso.

La comunicación se hace cuando recién había terminado el combate en La Moneda, al comenzar la tarde del 11, una versión que después se cambia diciendo que Carvajal fue quien llamó al dictador, pero están las grabaciones cubanas que no mienten.

Pinochet dice que para evitar “moros en al costa”, es decir oídos indiscretos, va a hablar en inglés y luego indica en ese idioma: “Allende cometió suicidio”, textual.

Curiosamente esa revelación la hace desde su escondrijo en un bunker en Peñalolén a kilómetros de La Moneda, a un Carvajal Prado que estaba en el ministerio de Defensa, a menos de 150 metros del palacio presidencial.

No deja de ser extraño, porque por mucho que los asaltantes fuesen miembros el Ejército comandados por el general traidor Javier Palacios y que resulta lógico que este informara primero de lo sucedido a su jefe, Pinochet.

Pero de allí a que Carvajal, en su papel de hombre que manejaba los hilos de la toma del poder a sangre y fuego, a poco más de una cuadra de distancia de lo sucedido, no se enterara, resulta difícil de creer.

El segundo hecho es que Pinochet habla en inglés para presuntamente “preservar” el secreto. Por muy imbécil e ignorante que haya sido, no podía dejar de saber que había decenas de miles de personas en ese momento en el país que hablaban o en el peor de los casos, comprendían esa lengua y algo tan fácil de discernir como la corta frase dicha por el ladrón y genocida.

Más de un diplomático que había estado en Santiago para el golpe, meses después tras conocerse el programa de Radio Habana, opinaron, en la ciudad de México para mayor precisión, que posiblemente el hecho de hablar en inglés no significaba otra cosa mas que la clave para confirmar la aceptación de la embajada de Washington, a la tesis del suicidio.

Recordaban que eran precisamente Richard Nixon y su secretario de Estado, el criminal de guerra Henry Kissinger los más interesados en la desaparición de Allende.

Tampoco es menor que Allende fue enterrado clandestinamente en Viña del Mar con el pretexto de que no le convirtieran en una animita, y que a la única asistentes a este funeral de noche y sumamente tenso, Hortensia Bussi, no se le permitió ver el cuerpo. ¿Por qué?

Para entender mejor este hecho es necesario saber quien fue el vicealmirante Carvajal. En 1973 era el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional y uno de los principales instigadores del golpe militar. Nació en 1929. Se suicidó el 14 de julio de 1994. Fue casado y su esposa le atribuyó cuatro hijos.

Graduado de guardiamarina en 1935, en el año 1941, fue ascendido a teniente; en 1950 fue promovido a capitán de Corbeta, y en 1955, a capitán de Fragata. Carvajal era especialista en artillería. En 1958, fue enviado a Estados Unidos, donde se convirtió en colaborador de la CIA, para realizar estudios de Táctica Antisubmarina, pus los gringos estaban obsesionados con los sumergibles soviéticos en el Estrecho de Magallanes Al regresar a Chile fue nombrado comandante del buque escuela Esmeralda. En 1966, fue nombrado agregado naval en Londres donde se contactó con el MI-6 británico. Desde 1967 fue jefe de Estado Mayor de la Armada.

En 1968, Patricio Carvajal conoció a los entonces coroneles Augusto Pinochet del Ejército y a Gustavo Leigh de la Fuerza Aérea en un curso de Alto Mando. Había sido condiscípulo del vicealmirante borracho traidor y cobarde de José Toribio Merino.

La Armada fue la principal promotora del golpe de Estado y Carvajal fue el hombre clave. Así lo señaló el asesinado Orlando Letelier, aún ministro de Defensa el día 11, en un testimonio:

"Carvajal, como jefe de Estado Mayor Conjunto, era el hombre de enlace de todo el grupo de los oficiales reaccionarios. Coordinaba las acciones de los golpistas dentro de las tres ramas de las Fuerzas Armadas, como ocurrió efectivamente en el momento del golpe de Estado.

El gobierno de Salvador Allende y el almirante (constitucionalista) Montero estaban en conocimiento de esta situación, pero Montero opinó que era preferible esperar hasta la próxima Junta de Calificación -que se haría de todos los almirantes hacia fin de año- para la salida, fundamentalmente, de dos personas, Merino y Carvajal, a los cuales ya se les había cumplido el plazo de cuarenta años de servicio para su renuncia”.

Poco antes de las siete de la mañana del 11 de septiembre, el presidente Allende llamó a Orlando Letelier, desde su casa de Tomás Moro. Orlando Letelier trató de hacer contacto con Montero, con Pinochet, y con Leigh.

Dice que en un momento determinado llamó a su oficina, y le surgió la voz de su ayudante, el comandante González, y detrás la de Carvajal. "Carvajal tenía ahí la opción de colgar el teléfono -cosa que me habría hecho sospechar de que había una situación extraordinariamente anormal- o de tratar de hablar conmigo. Optó por la segunda. Cuando le dije que tenía información de que había tropas en Santiago, me contestó: Mire, ministro yo creo que es una información equivocada. Le dije: "No, almirante, no tengo ninguna información equivocada".

Entonces me dijo: "Mire, voy a tratar de averiguar." El tipo empezó a tartamudear. Trató de darme mil explicaciones elusivas. Finalmente le dije: "Mire, almirante, yo voy a ir al ministerio".

No me dio ninguna información precisa sino que trató de decirme que había un error, que no había tropas en Santiago. "Mire, ministro, no sé qué le podría decir, voy a tratar de averiguar".

Momentos antes de las seis de la mañana, el vicealmirante Carvajal llegó a su despacho en el ministerio de Defensa, lugar que se transformaría ese día en su puesto de combate. Tras él llegaron los generales Nicanor Díaz Estrada de la Fuerza Aérea, y Sergio Nuño del Ejército.

Cuando, media hora después, el presidente Salvador Allende, trata de comunicarse con los jefes castrenses, inubicables con excepción del general Hermán Brady que da respuestas vagas y se queja al vicealmirante Patricio Carvajal, de que Salvador Allende "lo molesta", Carvajal hace cortar el teléfono directo presidencial de la residencia de Tomás Moro. “Una vez en La Moneda, a eso de las nueve y media, Salvador Allende habla por primera vez con Patricio Carvajal, quien lo intima a rendirse, garantizándole su integridad física y un avión para trasladarse, con su familia, al punto del extranjero que quisiese”.

Para estar más claros y dejar en evidencia los siniestros fines del llamado de Pinochet a Carvajal, el general Javier Palacios hace como que descubre el cuerpo sin vida del presidente Allende, transmite la información al general Nuño quien se la comunica a Carvajal. Ahí Pinochet, le confirma en inglés: "I repeat, Allende comitted suicide and is dead now".

Para mayores datos, quienes fueron llevados como detenidos al ministerio de Defensa, vieron a los miembros de la Misión Militar de Estados Unidos, incluso vestidos con sus uniformes normales, moviéndose libremente por los pisos e impartiendo órdenes. Entre muchos testigos, el senador socialista de esos años Aniceto Rodríguez, ya fallecido.

Luego, Carvajal mantiene un rol protagonista durante la dictadura.

Incluso en febrero de 1983 fue designado nuevamente ministro de Defensa, ocupando esa cartera hasta 1986, en el peor momento de las protestas populares, lo que indica su calidad de duro del régimen.

jueves, 11 de julio de 2013

Las cinco diferencias entre el sistema soviético de pensiones y el sistema capitalista

En la pancarta puede leerse "No al fin de la URSS"

El sistema soviético de pensiones fue una de las mayores conquistas del socialismo. Los obreros soviéticos sabían que obtendrían del estado un sostén económico en la vejez. también sabían que cuanto mayor fuera el poderío económico de la URSS, mayores serían sus pensiones. Además de las pensiones de vejez, existía toda una serie de pensiones de invalidez, veteranos de guerra etc. Veamos las diferencias entre el sistema soviético de pensiones y el sistema de los países capitalistas.

En primer lugar, en la URSS la edad de jubilación era mucho más baja que en los países capitalistas. Las mujeres se podían jubilar con 55 años de edad siempre que tuvieran 20 años de antigüedad laboral, mientras que los hombres podían jubilarse con 60 años de edad si tenían 25 años de antigüedad laboral. Además había toda una serie de excepciones que permitían adelantar la edad de jubilación: determinados trabajos con riesgo para la salud (mineros), madres con muchos hijos etc. En países capitalistas la edad era mayor: En 1969 la edad de jubilación de la mayoría de países capitalistas era de 65 años, siendo mayor en algunos casos como Irlanda o Noruega donde ascendía a los 70 años.
En segundo lugar, es el estado el que paga directamente las pensiones. Los trabajadores soviéticos no pagan ningún dinero para poder cobrar una pensión cuando les corresponda, mientras que en los países capitalistas los trabajadores deben pagar cada mes una parte de su sueldo a un fondo de pensiones público o privado.
En tercer lugar, la pensión es realmente accesible a todo el mundo. En la URSS no existía el desempleo, todo el mundo podía aprender un oficio y trabajar, con lo que llegar a la antigüedad mínima era bastante fácil.
En cuarto lugar, las personas soviéticas jubiladas no pagaban ningún tipo de impuesto, mientras que en el sistema capitalista las personas jubiladas no están exentas de pagar impuestos directos e indirectos.
En quinto lugar, en la URSS llegar a la edad de jubilación o la propia jubilación no significa una prohibición de trabajar para el individuo. Es decir, si el trabajador quería seguir trabajando podía hacerlo a la vez que cobraba su pensión. Era bastante habitual que el trabajador combinara su pensión con un salario completo o parcial en función de las horas que trabajase. De esta forma, podían trabajar por satisfacción sabiendo que su sustento estaba ya garantizado, aumentando su salud y su moral.
En la actual crisis del capitalismo, podemos ver como el sistema de pensiones está cada vez más amenazado. Las altas tasas de desempleo y la precariedad, hacen que de facto sea bastante complicado acceder a una pensión digna. A la vez, los impuestos asfixian la capacidad de consumo de los pensionistas haciendo aún más ridícula la pensión que cobran. Datos como los señalados en éste artículo jamás verán la luz en canales de televisión o manuales de historia. Los medios de comunicación ocultan permanentemente los logros conseguidos en la URSS para los trabajadores, mientras insisten de forma repetitiva en señalar los errores cometidos.

viernes, 3 de mayo de 2013

Exequiel Ponce Alias “El viejo”


Exequiel Ponce nació en la pequeña localidad de Las Palmas de Quebrada Alvarado, a 30 kilómetros de la ciudad de Limache, en el seno de una familia de origen muy humilde. Era el segundo hijo de sus progenitores. En esa pequeña localidad conoció de primera mano las dificultades y penurias de los campesinos pobres, lo que desde temprano le hizo desarrollar una profunda conciencia social.

Pese a que abandona la escuela, para trabajar con su padre, se perfeccionó de modo autodidacta, leyendo y estudiando por las noches, al tiempo que se revelaba como un hombre intransigente en la defensa de los derechos de los trabajadores.

Según recuerda su hermano Renán -un destacado poeta de la Quinta Región-, Exequiel fue un niño "más bien introvertido, distante, obsesionado por alguna razón que sus hermanos ignorábamos. Quizás maduró antes de tiempo, prematuramente consciente de la fragilidad social de su entorno, y de esas infinitas necesidades cotidianas que siempre resultan más severas entre los desposeídos.

Parte de nuestros deberes diarios era sacar agua del pozo, ir en busca de la mejor leña, ya fuese al cerro más próximo o bien al estero, ‘ese ancho mundo' no ajeno a mis miedos ancestrales. Una vez posesionado del escenario, Exequiel siempre elegía el estero, la rutina comenzaba siempre del mismo modo, como si fuese un acto fatalmente repetido. Había en el lugar una piedra de por lo menos dos metros de altura, y se podía subir a ella con relativa facilidad. Yo tiraba mi soga al suelo y comenzaba a seleccionar los restos de leña seca, que allí abundaban como por milagro.

De pie en ese sitio tan privilegiado, podíamos ver todas las casas, en su digna transparencia, de Quebrada Alvarado. Exequiel respiraba profundo y pronunciaba su acostumbrado discurso: "Pueblo de Quebrada Alvarado, el que les habla, Exequiel Ponce Vicencio, mañana, en el más próximo futuro, les guiará en la conquista de sus derechos más queridos. Les abrirá los ojos, les enseñará a defenderse, les ayudará a conseguir que esta querida patria, sea más justa para todos.

Acto seguido, con la soga que ya disponía en sus manos, la enarbolaba sobre mi cabeza, y exclamaba con profunda convicción: "¡Trabaja esclavo, júntame leña!". El tácito pacto de honor suscrito entre ambos -que yo mandaba en la casa y Exequiel fuera de ella- se había cumplido a cabalidad".

Obrero en Polpaico

Muy joven, se incorporó como obrero en la fábrica de cementos Polpaico, en la que se desempeñó por algunos años, hasta que fue despedido por constituir un sindicato y reclamar mejores condiciones laborales. Estando en la cementera, conoció y contrajo matrimonio con Margarita Luque, una joven de origen aún más humilde, que se desempeñaba como costurera. Luego de su despido, la pareja se trasladó a Valparaíso. Allí, Ponce se desenvolvió en múltiples oficios, hasta que en 1962 logró ingresar a la Empresa Portuaria de Chile. Será en ella donde desarrollará su principal trabajo político y sindical.

En efecto, en el período en que estuvo empleado en EMPORCHI apoyó activamente el fortalecimiento del sindicalismo portuario, llegando a ser dirigente nacional de ese tradicionalmente combativo gremio. En representación de la Confederación de Trabajadores Marítimo- Portuarios Mariano Valenzuela, fue electo al Consejo Ejecutivo Nacional de la Central Única de Trabajadores y luego asumió como Sub-secretario Provincial de la CUT en Valparaíso.

Andrés Sepúlveda, ex diputado PS por Valparaíso e histórico dirigente de los empleados municipales -fallecido en marzo del 2007-, recordaba frecuentemente que Ponce, al asumir sus nuevas responsabilidades direccionales, constató las limitaciones evidentes de su escasa escolaridad y que, lejos de amilanarse por esa situación, decidió enfrentarlas sin vacilaciones ni complejos, matriculándose en una escuela nocturna. A partir de ese momento, según su amigo, "su vida comenzó a girar como un torbellino que lo envolvía, exigiéndole cada día más esfuerzo, sacrificio y abnegación, pues tenía que cumplir con la jornada del trabajo diario, luego, en el sindicato y más tarde en la CUT, sin descuidar el trabajo propiamente partidario ni dejar de responder adecuadamente en la escuela..."

La vinculación de Ponce con el PS (al que ingresó en 1954, en la Seccional Limache) fue, probablemente, el momento más significativo en su vida como dirigente y luchador social. Por años ocupó diversas responsabilidades partidarias, siendo electo en 1969 secretario regional del PS en Valparaíso.

Con la notoriedad que adquirió en la vida política y social porteña, Exequiel logró recomponer, al menos parcialmente, la distante relación que siempre mantuvo con su padre. Pese a esa mayor visibilidad, se caracterizó siempre por cultivar un perfil más bien discreto y reservado. Francisco “Pancho” Mouat, que trabajaría muy cerca de él durante la UP e inmediatamente después del golpe militar, recordaba que "el viejo era absolutamente reservado y con un alto sentido de la disciplina y de la seriedad en el trabajo partidario: era de los que llegaba primero y se iba último del local del Partido. No le gustaba figurar, al punto que, durante el período de la dictadura, cuando lo detuvo la DINA, estuvimos mucho tiempo sin poder realizar la campaña de solidaridad internacional por su libertad, simplemente porque no habían fotos de él".

Hacia 1970, la casa que el matrimonio arrendaba en la actual Subida Ecuador se incendió. La pareja se trasladó entonces al vetusto local del regional del partido. Su hermano Renán, hombre aficionado a la literatura y reacio a las rigideces de la militancia, recuerda hasta hoy que cuando iba a visitar a Exequiel, "indefectiblemente terminaba participando en las reuniones políticas. Y cómo no, si su casa, en ese tiempo, era literalmente la misma casa del partido".

En la dirección del Partido

Finalizada su gestión en el Regional Valparaíso, en el marco del XXIII Congreso del PS –realizado en enero de 1971, en La Serena- Ponce fue electo a su Comité Central y a la Comisión Política, haciéndose cargo de la Subsecretaría del Frente Interno, cargo que desempeñaría hasta el mismo 11 de septiembre de 1973.

El día del golpe, estuvo presente en las industrias INDUMET y SUMAR, como también en la cercana Población La Legua, lugares en donde se libraron combates en defensa del gobierno constitucional. Los militantes que actuaron ese día recuerdan con afecto que el "Cheque" -nombre con el cual se le conocía familiarmente en el partido- participó con entusiasmo en el fragor del enfrentamiento, arengándolos y compartiendo sus riesgos, "a pesar de su alto cargo, su ligera cojera y su exceso de peso, que le dificultaban el trote y la agilidad".

En la clandestinidad

Fue en la primera reunión oficial del Comité Central después del golpe, realizada el 17 de septiembre en la zona sur de Santiago, cuando Ponce asumió como máximo responsable del PS, pasando a desempeñar la Sub-secretaría General en la clandestinidad.

En 1974, en medio del acecho represivo de la DINA, Ponce, –acompañado por el dirigente Carlos Lorca- dio una entrevista a un equipo periodístico alemán occidental, encabezado por el reportero Rolf Plufcke. La cita fue en una casa de seguridad en Ñuñoa y en el departamento de un viejo militante de Santiago.

Estas fueron algunas de las respuestas del jefe socialista:

Compañero secretario general subrogante, ¿qué tareas se le plantean al pueblo chileno en su lucha contra la dictadura?

"Las tareas que se plantea el pueblo en estos momentos, y las tareas que se plantea el PS para enfrentar la dictadura, son la parte más importante del desarrollo político que estamos viviendo. El Partido y la Unidad Popular tienen que buscar en esta etapa, fundamentalmente, una gran coincidencia orgánica y unidad de lucha.

Nosotros creemos que la lucha fundamental de la clase obrera y del pueblo pasa por recuperar para los trabajadores los derechos democráticos, las libertades públicas, el derecho a organizarse, el derecho a petición, el derecho a huelga, cosas que han sido cercenadas por la dictadura. Por eso nosotros creemos que la tarea fundamental de los partidos proletarios, del Partido Socialista y del Partido Comunista, es buscar una coincidencia en estos puntos de vista, materializarla, liderarla y dirigirla, junto a los partidos de la Unidad Popular y, más allá de la UP, todos los sectores democráticos y patriotas que estén por enfrentar a la dictadura fascista.

Creemos que una de las tareas fundamentales también es la de adecuar la organización de la UP y la organización del Partido a los nuevos objetivos que en estos momentos están planteados. Por lo tanto, la tarea de los revolucionarios, la tarea de los patriotas, es organizarse en las poblaciones, las industrias, en los sectores estudiantiles, para que desde allí, de acuerdo a las nuevas características y las nuevas necesidades que se están planteando como consecuencia de esta lucha, poder enfrentar con éxito estas tareas fundamentales (...) Por eso nosotros planteamos que lo fundamental es, repetimos, luchar por las libertades públicas, las libertades democráticas, el derecho a organizarse, y el fortalecimiento y adecuación de la organización de la clase obrera y de los partidos al nuevo momento político que vivimos.

Estamos seguros que en el combate por las libertades democráticas y los derechos del pueblo reconocerán filas la inmensa mayoría de las bases de la Democracia Cristiana y, junto a ellos, todos los dirigentes consecuentes con la vocación libertaria y pluralista de ese partido. No olvidemos que la propia directiva freísta del PDC, que participó en la confabulación, que la apoyó desde el primer momento, reconoció en su declaración del 27 de septiembre que "es evidente que en torno a los militares rondan sectores de la derecha económica y política, parcialmente encubiertos bajo el ropaje de gremialistas, como asimismo grupos de reconocida mentalidad totalitaria, que procuran orientar la acción gubernativa hacia modelos represivos de corte capitalista y hacia la consolidación permanente de un sistema de gobierno dictatorial".

¿Qué papel se propone jugar el Partido Socialista en esta lucha?

"Nosotros quisiéramos, antes de contestar la pregunta, expresar que el Partido, a lo largo y ancho de nuestra patria, ha sido brutalmente golpeado por la dictadura fascista. Creemos, sin equivocarnos, no habiendo hecho todavía una evaluación exacta, que por lo menos la mitad de nuestra dirigencia, desde Arica a Magallanes, ha sido torturada, asesinada o se encuentra en prisión.

Creemos que deben preocuparse los compañeros de la solidaridad internacional por los compañeros Alejandro Jiliberto, Erick Schnake, Uldaricio Figueroa, Héctor Martínez y tantos otros compañeros más, como Carlos Lazo, que en verdad no sabemos cual ha sido su suerte (...) Planteamos esta inquietud a la solidaridad internacional, a los organismos internacionales: esta debe ser una preocupación de la Cruz Roja Internacional, debe ser una preocupación de los organismos de las Naciones Unidas, en definitiva debe ser una preocupación de todos los revolucionarios y de todos los progresistas."

Ponce, ya clandestino, visitando a su hija Tania y a Margarita, su mujer, asiladas en la Embajada de Suecia. Un año después, en una carta fechada el día 7 de mayo de 1975, dirigida a su mujer -refugiada en la RDA-, Ponce hizo un completo balance de la situación política, social y económica a casi dos años de la implantación del régimen militar, al tiempo que reiteraba la pertinencia de la línea de la unidad amplia antifascista:

"Los problemas que vive nuestro pueblo cada día son más difíciles. La política ejecutada por la dictadura, de "recuperación" económica, no rectifica nada, no es nada más que la continuación y profundización de la política social de mercado, reaccionaria y pro imperialista. El efecto que produce en las masas populares cada día es más brutal. Esto significa precios prohibitivos en vestuario y alimentación, salarios de hambre, cesantía, la nueva ley de arriendos golpea al arrendatario y protege al arrendador. Los organismos estatales, CORVI, CONHABIT, no construyen, por lo tanto el déficit habitacional cada día es más grave. Esta es una pequeña muestra de cual es la situación económica y social del país. A este marco, hay que agregarle una nueva acción represiva, tanto en forma masiva, allanamientos a las poblaciones populares, como a nivel individual o dirigidas a las organizaciones populares que trabajan en el país.

La crisis y la reorganización del gabinete hecha por la dictadura en abril, no tienen otro carácter que reafirmar lo que digo anteriormente. Pensamos que en el interior de la Junta y las Fuerzas Armadas triunfarán posiciones liberales en economía y portalianas en lo político, desplazando al sector fascista o neofascista. Dicho de otra manera, hay un acuerdo táctico entre la gran burguesía nacional y Pinochet, quien logra aglutinar en torno a él un sector importante de las FFAA. Esto cuenta también con el apoyo de un sector reaccionario de la DC, que ponen sus condimentos en este proyecto. Creemos que en el caso de las Fuerzas Armadas, no están definidos los problemas, en su interior jugaran tres sectores: un sector democrático burgués, otro reaccionario nacionalista y portaliano y un tercero fascista. La situación se puede mantener hasta fin de año si este nuevo ordenamiento político y ministerial no logra controlar la inflación (1975, sobre 200%). La situación es impredecible en el interior de las Fuerzas Armadas. A la gran burguesía nacional y al imperialismo no se le presentan alternativas claras, como en 1973, para encontrar administradores del Estado y sus intereses. De allí la importancia de fortalecer y desarrollar nuestro trabajo, apurar la constitución del frente antifascista, para golpearlos, debilitarlos y desgastarlos, en el momento preciso.

Los problemas al interior del Partido, en la medida que pasa el tiempo, se aclaran más y el prestigio y respeto a la dirección interior son más grandes y fuertes. Esto no quiere decir que no existan problemas, las fracciones de todos los pelajes se siguen moviendo, avalados, desgraciadamente, por la desidia e indecisión, por un lado, de los que están afuera y, por otro, por la falta de medios que permitan dar un gran impulso al trabajo orgánico y de masas, que permita desarrollar políticas y tácticas más audaces para golpear a la dictadura y a la vez dar un fuerte impulso, por la base, al frente antifascista.

Como usted puede ver, esto fortalece mucho más la decisión de luchar desde adentro, cualquiera que sea nuestra suerte en particular, lo que importa en definitiva es nuestro aporte a la lucha liberadora de nuestro pueblo. No esperamos nada en particular por ello, solamente que se entienda que la política que elaboramos e impulsaremos tiende a encontrar el más amplio apoyo de los trabajadores y del pueblo.

Esta política pasa por los partidos de la UP y de los sectores que no estuvieron ella (el MIR, a pesar de lo golpeado que está hoy), vemos también en este frente a la DC... Entendemos que este acuerdo con la DC pasa por que el sector progresista domine en ese partido, pero un elemental sentido táctico nos indica que tenemos que llamar a la DC en su conjunto, para que no los acusen el exterior a los sectores progresistas de rupturistas, y ese partido no sea ganado por los sectores reaccionarios, léase Frei, para posiciones reaccionarias, ya sea de apoyo a la Junta, a una salida democrático liberal con algunos sectores populistas (a propósito tenemos bastantes antecedentes sobre una detención domiciliaria de Bonilla, por confirmar). Ese es el sentido y el contenido que le damos al frente que derrocará a los actuales usurpadores del poder. Para estos efectos, adecuaremos las formas y métodos de lucha a las condiciones objetivas y subjetivas que se den en el proceso, por lo tanto, formaremos al Partido, a los trabajadores y al pueblo en estos principios.

Es correcto reconocer que las condiciones y dificultades de trabajo y de lucha son muy duras, y si además agregamos a las dificultades internas los problemas externos, donde campean las deformaciones e incomprensiones de dirigentes y militantes, muchos de ellos mal intencionados y oportunistas."

En la misma misiva Ponce, da cuenta, "en caliente", de la precaria situación que vive el PS, a causa del acecho de la DINA:

"(...) La represión nos sigue golpeando a nivel de regionales y seccionales. En Santiago, sobre todo en el Comité Regional Cordillera (se refiere a las detenciones de los dirigentes Claudio Thauby y Jaime Robotham, ocurridas el 31 de diciembre de 1974, y a la captura de Alfredo Rojas Castañeda, detenido el 4 de marzo de ese año.) A nivel de dirección central, se han producido dos apresamientos muy lamentables, la compañera Fidelia H y el compañero "Gabriel" (se refiere a Fidelia Herrera y a Ariel Mancilla) asunto que desde el punto de vista de la seguridad y organización, los hemos superado, pero tememos por sus vidas, sigue siendo un trabajo de primer orden la solidaridad internacional."

En los meses previos a su captura, Ponce llegó a la convicción que la dictadura (dado su carácter refundacional y regresivo de los avances alcanzados durante los tres años del Gobierno Popular) se prolongaría en el tiempo. A esa altura, según Francisco Mouat, "su única aspiración, en caso de llegar vivo al momento del fin del régimen, era hacerse cargo de la calificación del reingreso al PS de sus militantes. No se le pasaba por la mente reclamar un rol relevante para sí mismo". Ello quedaba de manifiesto en la última parte de la extensa carta enviada a su mujer en la RDA:

"Yo he querido plantearle estos problemas políticos porque usted no es ajena a los problemas que hay en Berlín, a la situación interna del Partido, es por esto que es bueno que sepa lo que pienso y además, de que estoy informado que algunos "próceres" del Partido, en forma desleal y paternalista, han querido interpretar mi pensamiento a su amaño y mezquinos intereses.

No tengo que recurrir a ningún argumento personal ni sentimental para que sepa la verdad con respecto a mi posición política, honestidad, decisión de luchar, el argumento más sólido es la verdad. Pero los militantes y dirigentes honestos del exterior tienen que luchar con la misma firmeza dentro y fuera del Partido, por las posiciones correctas y proletarias. No hay otra alternativa para vencer. Esa es nuestra decisión en el interior. Ya llegará la oportunidad de enfrentar a algunos de los interpretadores de pensamientos ajenos, que cínicamente también, le hacen al paternalismo. Que sepan también que no es honesto ni justo usar los compañeros en sus cabronadas, así no entiendo la lucha ideológica en el seno del Partido. Que tengan la más absoluta seguridad que no la voy a usar, pero que sepan que estos métodos no se olvidan con facilidad. Que no perderé la oportunidad de pedir cuentas a los detractores y a los interpretadores."

La captura

En la madrugada del día 25 de junio de 1975, tres vehículos de la DINA llegaron en horas del toque de queda a la calle Tocornal N° 557, en Santiago. La puerta fue abierta por el dueño de la pensión, Joaquín Palacios Izquierdo, al que le preguntaron por el arrendatario "que trabaja en Ferrocarriles y vive en la última pieza". Efectivamente, la "leyenda" que Ponce había señalado al propietario del lugar era que se desempeñaba en la Empresa de Ferrocarriles del Estado. Los sujetos, que se presentaron como "agentes especiales", detuvieron a Exequiel y su enlace, la joven secretaria Mireya Rodríguez, a la vez que allanaban el cuarto en busca de documentos y dinero.

Con la captura de Ponce, la DINA propinó un severo golpe a la reorganización del Partido Socialista en Chile. La dictadura siempre negó su detención, pero diversos testigos detenidos por los servicios de seguridad supieron de su paso por Villa Grimaldi.

Héctor Riffo Zamorano, recluido en ese recinto secreto de la DINA, fue sacado en una oportunidad por los agentes y llevado a reconocer a "Gino", un enlace de Ponce. El operativo no funcionó y Riffo fue acusado por los agentes de haberles dado "un punto falso". Cuando les hizo notar que no era él quien había dado el antecedente, los agentes comentaron: "El Viejo nos jugó chueco".... Riffo se apercibió que hablaban de Ponce. Ya lo habían interrogado sobre el jefe socialista.

Por su lado, cuando el joven médico Edwin Patricio Bustos militante del MIR-detenido en ese mismo centro clandestino- fue interrogado por Osvaldo Romo, éste le manifestó "así que hacías la misma pega que hacía el viejito Ponce", aludiendo a su tarea de organización de clínicas clandestinas para la resistencia y al contacto con embajadas extranjeras.

Emilio Iribarren, también militante del MIR, fue detenido el 4 de enero de 1975. Antes de su fallecimiento en Nueva York, entregó su testimonio en diversas investigaciones que se siguen en torno a la actuación de la DINA. Así, señaló que a mediados de 1975 observó algo que nunca olvidó: "Un hombre fue largamente torturado por 24 ó 48 horas. Fue colgado con una soga que le amarraba las manos por detrás. La soga pasaba por encima de una viga. Unos agentes tiraban de la cuerda hacia una polea, levantando al detenido, al tiempo que lo apaleaban brutalmente. El prisionero estaba desnudo y le mojaban el cuerpo para aumentar el efecto de la electricidad. Aquella vez le dieron hasta la madrugada. Gritaba. Cada vez que miré, pude ver a Germán Barriga dirigiendo personalmente la tortura. Al Viejo Exequiel Ponce lo torturaron brutalmente".

Al momento de su secuestro, "El Viejo" tenía 41 años de edad.

“Compañero: te invito una cerveza” (Testimonio de Máximo Pacheco)

Yo estudiaba economía en la Universidad de Chile y militaba en el MAPU desde que había entrado a la universidad, en 1971. A través de un compañero de la escuela, se me pidió que ayudara a montar una reunión, no se me dijo de quiénes, pero sí que eran importantes, y que por lo mismo, debían considerarse todas las medidas de seguridad, pues se trataba de personas muy buscadas por el régimen.

Tenía que trasladar a una persona al sitio de la reunión, esperar y regresarlo al lugar de origen. Se me advirtió del riesgo. Debía actuar con extremada prudencia, aplicación y cuidado. Me dieron indicaciones prácticas: auto bien lavado, yo bien vestido, con corbata, se me tenía notar que era del barrio alto.

Debía bajar por Bellavista hasta el semáforo que sigue al Colegio Patronato San José, allí iba a estar la persona junto al quiosco, leyendo y con La Segunda del día anterior bajo el brazo. Debía preguntarle: "¿Sabe usted qué micro tomar para ir a Vicuña Mackenna?". Y él diría: "Sí, yo te acompaño".

Llegué puntualmente, vi al personaje tal cual, subimos a mi auto y lo llevé adonde me habían indicado. En el camino no hablé nada y él tampoco. Pienso que se dio cuenta de mis nervios y de mi extrema concentración en lo que hacía, y no quiso añadir más tensión: tenía que respetar todas las normas, no exponerme a ser detenido por una infracción de tránsito.

Debía ser la una de la tarde. Llegue a la casa de la reunión, entré por el portón con el auto. En la casa reconocí a Jaime Gazmuri, a quien no veía hace mucho tiempo, nos dimos un gran abrazo. Jaime se mostró amistoso como siempre, carismático, simpático y extrovertido. Me agradeció. Me quedé en la casa mientras se reunían. Fue largo, más de tres horas.

Partimos de regreso en el auto. Yo más distendido, todo iba bien. Al rato, el hombre me dijo que quería pedirme un favor muy personal: que lo acompañara a tomarse una cerveza. Yo creo que se sintió seguro porque no conocía el barrio y no era conocido allí. "Yo, feliz -le dije-, pero me han pedido que sea muy cuidadoso. Me resulta muy difícil, estoy arriesgando tu seguridad, esto va en contra de todo lo que me han pedido."

Insistió: "No te preocupes, es bajo mi responsabilidad".

Íbamos bajando por Avenida Kennedy, a la altura de Américo Vespucio. Yo conocía el sector y sabía que por ahí había una fuente de soda. Nos bajamos.

No me dijo quién era, ni yo se lo pregunté. Ya en la mesa, con las cervezas, que pagó él, solos, medio a oscuras (era un sitio frecuentado por obreros de la construcción), me dijo: "Compañero, te quise invitar esta cerveza, primero porque me produce alegría ver que hay gente joven como tú que está ayudando. Creo que nosotros, como generación, cometimos muchos errores, y como generación de dirigentes la lucha que estamos dando tiene sentido solamente porque existe gente como tú que nos va a reemplazar, porque nosotros somos todos hombres muertos. Nosotros no vamos a sobrevivir a esto. Y te quise invitar esta cerveza porque lo único que justifica nuestra lucha es que haya una generación como la tuya que le dé sentido".

No fueron más de diez minutos, me dejó muy marcado, fue muy emotivo. Obviamente, vi que era un hombre de mucho nivel. Muy afectuoso, directo, tal vez un poquito depre, pero sobre todo, lúcido: sabía que estaba acorralado, con el agua hasta el cuello.

Yo guardé silencio. Después le conté que estudiaba economía en la Universidad de Chile y que en la escuela había mucha gente como yo.

Lo dejé en la Escuela de Derecho, como me habían indicado, y llamé por teléfono a mi contacto para avisar que todo había salido bien.

Al día siguiente, en la escuela, lo comenté con el compañero del MAPU OC que me había hecho la petición: "Un solo problema, no pude convencerlo de no salirse de las reglas": la cerveza. Entonces me enteré de quién era.

Al poco tiempo, semanas o días quizás, fue detenido con el resto de la Dirección del PS y desapareció. Cuando lo supe, no pude dejar de pensar que podríamos haber caído juntos".

Nunca es tarde para exigir justicia


El científico y militante socialista Sandor Arancibia Valenzuela vino desde Francia para cuestionar en su forma y en el fondo a los Consejos de Guerra que actuaron bajo la dictadura militar

Con puntualidad europea, Sandor Arancibia - quien fuera intendente de la Provincia de Valdivia el año 1973- ingresó este miércoles a las 11:00 horas hasta la Corte de Apelaciones de Valdivia para registrar una querella contra todos los que resulten responsables de la ilegalidad en que funcionaron los Consejos de Guerra, especialmente, al que juzgó sin condiciones de defensa a las autoridades de la comuna y la provincia de Valdivia, a la plana directiva del Partido Socialista de Chile y a militantes - hombres y mujeres - de esta organización política. Algunos de ellos fueron condenados a muerte, otros a cadena perpetua. Todos vivieron la tortura en las instalaciones del cantón Bueras y comisarías de la ciudad, afrontaron la prisión y buena parte de ellos el exilio

La acción del ex intendente de Valdivia no tiene nada de extemporánea, es algo meditado, reflexionado individual y colectivamente: "Un proyecto que daba vuelta en mi espíritu hace bastantes años y que ahora se hace posible cuando algunas barreras que lo impedían han quedado atrás" señala Arancibia con tranquilidad. Se refiere a que ya no existen delitos prescriptibles y que cuenta con un abogado, Roberto Ávila, dispuesto a llevar adelante el trajín del trámite judicial "Con él no nos mueve ningún interés pecuniario. No estamos pidiendo dinero a nadie, sólo queremos que se establezcan los hechos como ocurrieron y se declare culpable a quienes corresponda. Tenemos los nombres y direcciones de esas personas para entregarlos al Tribunal cuando corresponda", indica Sandor Arancibia

"Son delitos imprescriptibles, que por su gravedad deben ser sancionados"

La sentencia corresponde al jurista Roberto Ávila quien subraya que desde el punto de vista del Derecho estricto, el trámite judicial que se inició este miércoles 12 de septiembre, tiene todas las posibilidades de ser acogido ya que se debe tener en cuenta que se trata de crímenes de lesa humanidad, por lo tanto no prescriptibles y los responsables deben pagar. Ávila recuerda que Chile adhiere al Estatuto de Viena mediante la ley 20.356 lo que refuerza el argumento mencionado

"Nosotros decimos que los Consejos de Guerra se constituyeron con usurpación de funciones. Los militares que actuaron ilegalmente contra un Gobierno Constitucional, no tenían facultades para crear estos tribunales. No se produjeron detenciones, lo que hubo fueron secuestros, existir el delito de asociación ilícita ya que actuaron concertados aplicando además el grave delito de tortura", por todo lo anterior Ávila dice estar optimista frente a la Justicia valdiviana que debería resolver como lo han hecho otros Tribunales del país

Sandor Arancibia vive su exilio en la ciudad de Montpellier, al sur de Francia. Allí destacó como investigador al igual que Lucy, su esposa con la cual vino a Valdivia para cumplir este trámite y responder de este modo a lo que le ordena su conciencia. Un buen grupo de sus amigos y compañeros le acompañaron este miércoles recordando a los que ya no están y pensando en los que luchan hoy por un Chile más justo y solidario.

Tercer peritaje indica que ex ministro José Tohá fue estrangulado y no se suicidó


El estudio solicitado por el ministro Jorge Zepeda no apoyó la versión oficial del régimen militar.

El ministro en visita Jorge Zepeda encargó un tercer peritaje por la muerte del ex ministro del Interior y Defensa del gobierno de Salvador Allende, José Tohá, a la Universidad de Concepción, el que arrojó que el otrora secretario de Estado no se suicidó, sino que fue estrangulado.

Tohá fue encontrado al interior del closet de la pieza 303 del ex Hospital Militar, ahorcado con su cinturón, no pesando más allá de 49 kilos, pese a que medía 1,92 metros.

El ex ministro estuvo detenido en la Isla Dawson, Regimiento Pudeto y la Academia de Guerra Aérea, donde habría sido torturado. Según los peritajes de la época a cargo del forense Alfredo Vargas, el ex ministro de suicidó

El año 2010 cuando se realizó su exhumación, los peritajes del SML y la Universidad de Chile llegaron a la conclusión de que en su muerte hubo participación de terceros.

En tanto, este último informe indica que la muerte de Tohá fue un homicidio, ya que se determinar fractura de cartílago tiroide y clitoide con dos posibles causas de muerte: estrangulamiento y ahorcamiento homicida.

Viuda de José Tohá: "Echar por tierra la versión oficial fue emocionante"

Victoria Morales se refirió al último peritaje que arrojó como resultado un estrangulamiento y no un suicidio del ex ministro de Salvador Allende, cuya muerte se registró en 1974

Tras conocerse este viernes que el ex ministro del Interior y Defensa del gobierno de Salvador Allende, José Tohá, murió estrangulado y no por un suicidio, su viuda Victoria Morales, dijo sentirse "emocionada" con el resultado del tercer peritaje encargado por el ministro en visita Jorge Zepeda y efectuado por la Universidad de Concepción

"Este día estuvo cargado de emociones. Echar por tierra la versión oficial fue emocionante. (...) Me gustaría decirle a José: 'hemos cumplido'", expresó la esposa del fallecido político en entrevista con CNN Chile

Respecto a la autoría del entonces subdirector del Hospital Militar, Patricio Silva Garín, en la muerte de José Tohá, Morales no cree que el médico sea el responsable de su deceso, sin embargo, "creo que el sabe quienes fueron los autores materiales. Sólo le pido a Patricio Silva Garín que por favor nos diga la verdad".

Asimismo, confesó que una semana antes de la muerte de su esposo, se reunió con el general Augusto Pinochet respecto la situación de Tohá: "Acudí a todos los que yo conocía, incluso me reuní con Pinochet, y él me dijo que no tenía nada ni el Ejército no tenía nada contra mi marido", señaló. No obstante responsabilizó al ex dictador de su fallecimiento.

Morales (también conocida como Moy de Tohá) hizo un llamado a los asesinos de su esposo "a que se pongan la mano en el corazón y que digan la verdad. Que reconozcan los que hicieron". Además pidió a las actuales autoridades del Ejército a hacer un mea culpa y que entreguen "todos los antecedentes que tengan" por este hecho.

José Tohá fue encontrado al interior del closet de la pieza 303 del ex Hospital Militar, ahorcado con su cinturón, no pesando más allá de 49 kilos, pese a que medía 1,92 metros.

martes, 22 de enero de 2013

Nueva apelación: EEUU influyó en la decisión sobre los Cinco de Cuba


Washington violó la Constitución y las leyes para asegurar las duras condenas a Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar, Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort y René González Sehwerert, cinco antiterroristas cubanos que cumplen más de 14 años de injusto castigo. Fue una conspiración que duró todo el proceso y en la que invirtió millones de dólares. Sobre las personas y el volumen de recursos utilizados y otros aspectos claves de esta operación sólo se tiene una información parcial.

Obligado a liberar inmediatamente a nuestros compañeros, el gobierno conspiró también para ocultar lo que hizo, incurriendo en un delito adicional, el del encubrimiento. Tal es la esencia de la declaración jurada que Martin Garbus, abogado de Gerardo Hernández, presentó a Joan Lenard, jueza del Distrito Sur de la Florida. Respalda así la solicitud de anulación de su condena o que se le conceda una audiencia oral y se descubran todas las pruebas que el gobierno esconde. 

La conspiración consistió en usar medios locales de Miami en una campaña propagandística de odio y hostilidad sin precedentes. Emplearon a un numeroso grupo de “periodistas” que repitieron artículos y comentarios día y noche hasta producir un auténtico vendaval desinformativo. Del 27 de noviembre de 2000 -día en que empezó el juicio- al 8 de junio de 2001 -cuando fueron declarados culpables- sólo en The Miami Herald y El Nuevo Herald aparecieron 1.111 artículos, más de cinco por día. Igual ocurrió con el Diario de Las Américas , saturando completamente la prensa escrita. Los “periodistas” actuaron también en emisoras de radio y televisión y en otras publicaciones. Era imposible evadir esa incesante propaganda en ningún rincón del sur de la Florida. 

La acción delictiva fue más allá de la propaganda. Los “periodistas” también hostigaron a testigos y jurados quienes se quejaron a la jueza del acoso de cámaras y micrófonos. Varias veces la señora Lenard se sumó a sus protestas.

En agosto de 2005 los tres jueces de la Corte de Apelaciones, unánimemente, declararon nulo el juicio de Miami al que describieron como “una tormenta perfecta de prejuicios y hostilidad” creada precisamente por los medios locales. Al dictar el histórico fallo los jueces no sabían, ni podía saberlo nadie, que el responsable de esa “tormenta perfecta” era la Fiscalía que faltó gravemente a su obligación de garantizar un juicio justo.

La primera noticia de la conspiración del gobierno con sus “periodistas” surgió un año después, en septiembre de 2006. Desde entonces el gobierno bloquea gestiones de grupos privados para que muestre el alcance de esa operación, rechaza la demanda incluida en las apelaciones extraordinarias de nuestros compatriotas y amenaza con razones de seguridad nacional, para perpetuar el ocultamiento. El caso de los Cinco tiene una extraña relación con la prensa. En Miami los medios fueron un instrumento decisivo para condenarlos. Fuera de Miami, los castigan con el silencio. 

El gobierno no sólo se opuso al escrito del defensor de Gerardo. Fue mucho más allá. En un paso que ella misma admite es totalmente inusual, la Fiscalía pidió la supresión del documento: que se le haga desaparecer como si nunca hubiera existido. Para mantener esa actitud, Washington cuenta con los dueños de las corporaciones mediáticas que imponen el silencio sobre el tema. Nada han dicho sobre la importante moción ni sobre el intento de hacerla desaparecer.

La irrefutable denuncia de Garbus plantea un reto a los profesionales del periodismo. ¿Seguirán ocultándola, sirviendo así a quienes mancillaron su oficio? ¿O salvarán la honra de su profesión reclamando que los farsantes sean desenmascarados y que la verdad y la justicia prevalezcan? La responsabilidad de los medios es aún mayor si se recuerda su papel respecto al cargo más grave incluido en este caso. 

UN “ASESINATO” FABRICADO

El 24 de febrero de 1996 se produjo un lamentable incidente frente al Malecón habanero. Dos avionetas de un grupo terrorista de Miami fueron derribadas por la defensa antiaérea cuando violaban el territorio cubano. Decenas de hechos semejantes habían ocurrido en el último año y Cuba advirtió públicamente que no toleraría su repetición.

El asunto se examinó en la Organización de Aviación Civil Internacional y el Consejo de Seguridad de la ONU.

El 7 de mayo de 1999 -luego que habían pasado mas de tres años- el gobierno de Estados Unidos, de modo irresponsable, lo convirtió en el cargo 3 (Conspiración para cometer asesinato) formulado sólo contra Gerardo. El cargo 3 concentró casi completamente el proceso de los Cinco, al que dedicó el tribunal la mayoría de sus sesiones, expertos y testigos, y fue eje central de la campaña mediática. Curiosamente, los medios le prestaron gran atención al cargo 3 antes de que éste existiera. Puede afirmarse que la acusación fue un acuerdo entre el gobierno y los grupos terroristas responsables de aquel suceso en que los “periodistas” pagados por el gobierno tuvieron un papel decisivo.

En septiembre de 1998 cuando el FBI apresó a los Cinco, la Fiscalía presentó los cargos de los que eran acusados. Allí no estaba el cargo 3, no se hacía referencia alguna a incidentes aéreos o nada parecido. La acusación contra Gerardo fue agregada más de medio año después, cuando él y sus compañeros estaban en confinamiento solitario, aislados del mundo, durante 17 meses. 

La prensa de Miami entre septiembre de 1998 y mayo de 1999 confirma esta afirmación. Son numerosas las declaraciones de jefes de grupos violentos, ampliamente difundidas y amplificadas por los “periodistas”, pidiéndole al gobierno que agregase la nueva acusación. Incluso la noticia, profusamente desplegada, de reuniones entre fiscales y terroristas de las que surgiría la infame calumnia.

Los documentos de la Fiscalía llevarían a cualquier periodista serio a la necesidad de averiguar. Ahí consta que el FBI descubrió quién era Gerardo y qué hacía allá desde 1994, más de dos años antes del incidente de 1996. Habían descifrado sus comunicaciones con La Habana, sabían lo que hacía y lo que se le instruía hacer. Por eso no actuaron contra él, les constaba que su trabajo no era en absoluto perjudicial para Estados Unidos. Sabían también que Gerardo nada tenía que ver con los sucesos de 1996. En aquellos días fue grande el alboroto en Miami y en Washington. Bill Clinton ha escrito que hasta se le propuso un ataque militar a Cuba. Los más agresivos grupos del sur de la Florida vociferaban reclamando guerra. ¿Puede alguien creer que no habrían hecho nada contra el “culpable” por el derribo de las avionetas? ¿Que no actuasen contra él si lo tenían allí mismo, controlado por el FBI? ¿Y Cuba? Ninguna de las comunicaciones con Gerardo, que el FBI presentó en el juicio, sugiere siquiera la menor preocupación por su seguridad ante los riesgos que enfrentaría si él hubiese tenido alguna participación en el incidente. Gerardo continuó su labor en Miami por tres años más. Vino a Cuba y regresó, a nadie se le ocurrió que se quedase para proteger su vida. Cuando lo detuvieron, en septiembre de 1998, no lo acusaron de nada relacionado con lo ocurrido en 1996, por la sencilla razón de que el FBI conocía que él no tuvo relación alguna con aquella desgracia.

Sin embargo en 1999 lanzaron la increíble calumnia del “asesinato”, para satisfacer a la mafia terrorista y sus corifeos en los medios asalariados del gobierno. Tan endeble era esa acusación que la propia Fiscalía reconoció oficialmente, en acción sin precedentes en la historia norteamericana, que no la podía probar y pidió retirarla, algo que hubiera sido noticia de primera plana si se tratase de otro caso y no del de los Cinco. Gerardo fue sentenciado a morir en una cárcel de máximo rigor por algo de lo que no era acusado.

IMAGENES SECUESTRADAS

El 6 de marzo de 1996 el Consejo de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) designó una comisión para que investigara el incidente del 24 de febrero y le presentara su informe en sesenta días. El 19 de marzo, el presidente de esa comisión comunicó a los gobiernos de Cuba y Estados Unidos los datos e informaciones que requería y pidió visitar ambos países. Cuba recibió a los investigadores el 24 de marzo. La misión trabajó intensamente hasta el 31 de ese mes. De aquí se fue a Washington y Miami.

Pero el 6 de mayo el informe no estaba listo. La comisión dio cuenta de lo que había hecho en sus visitas a ambos países y debió pedir un mes adicional para acopiar la información que le faltaba. ¿Qué había sucedido? Respecto a Cuba la comisión hizo constar lo siguiente: “Para el 30 de marzo de 1996, las autoridades cubanas habían cumplido totalmente con todas las solicitudes formuladas por este equipo en relación con entrevistas y declaraciones por parte del personal civil y militar involucrado, entrevistas y declaraciones de testigos, informaciones civiles y militares, documentos y cartas, así como registros y transcripciones de comunicaciones”.

En cuanto a Estados Unidos, sin embargo, mencionó que tuvo varios encuentros con las autoridades y estaba a la espera de recibir los datos de los radares norteamericanos.

La OACI extendió el mandato de la comisión hasta el 6 de junio. Pero el informe no llegó hasta el final de ese mes y fue visto en la última sesión del Consejo.

Entonces se supo lo que había hecho la comisión después que salió de La Habana, único lugar donde encontró toda la información nec esaria. Según el informe final, la misión no regresó a Washington ni a Miami. Sólo se reunió con funcionarios estadounidenses en Montreal, Canadá, del 2 al 9 de mayo y el 3 y 4 de junio. No hay que ser un oráculo para imaginar que esos cónclaves secretos facilitaron la redacción final del documento.

Los datos de las estaciones de radar norteamericanas eran sorprendentes. Fueron destruidos, o se perdieron, o eran confusos. En Cuba, en cambio, los investigadores no solo habían recibido a tiempo los datos de nuestros radares, también visitaron sus instalaciones, revisaron sus equipos y entrevistaron a sus operadores. Nada de eso pudieron hacer del lado norteamericano. La comisión decidió entonces olvidar la información de los radares y pidió a Washington las imágenes tomadas por sus satélites espaciales. Esta petición fue denegada y la OACI dejó constancia de la curiosa negativa.

La cuestión de las imágenes que los satélites norteamericanos registraron sobre los sucesos del 24 de febrero de 1996, reclamadas sin éxito por la OACI, reapareció durante el juicio de Miami. La determinación del lugar exacto donde ocurrió el incidente no era relevante para Gerardo, pues él era totalmente ajeno al hecho dondequiera que éste hubiera ocurrido. Pero era decisiva para el tribunal, que sólo tendría jurisdicción si el lamentable suceso hubiese tenido lugar fuera del territorio cubano.

En Miami se repitió la discusión sobre los datos contradictorios de los radares. Fue un experto del gobierno, alto oficial retirado de la Fuerza Aérea, quien destapó la olla. Para resolver la disputa preguntó simplemente: ¿Por qué no vemos las imágenes de nuestros satélites? De inmediato la defensa presentó una moción para que se instruyese al gobierno presentar las imágenes. La Fiscalía tercamente se opuso. Ahora la disputa no era sobre la ubicación del incidente aéreo, sino sobre la ubicación de las imágenes que supuestamente aclararían el asunto.

Desde entonces no han sido pocos los esfuerzos para encontrar las tan famosas como perdidas imágenes. Una institución privada de California hace años realiza gestiones para obtenerlas, hasta ahora sin éxito. Las solicitó varias veces a entidades oficiales de Estados Unidos que manejan los satélites de ese país. Todas se negaron a facilitarlas. Aún se espera un pronunciamiento de la Corte de Apelaciones de California.

Semejante reclamo está incluido en el habeas corpus presentado a nombre de Gerardo. Como habrá adivinado el lector, la Fiscalía se opuso ya a la presentación de las imágenes. 

Washington ha sido tenaz en su negativa a mostrar las imágenes tomadas por sus propios satélites. Sólo las examinaron, obviamente, las autoridades norteamericanas, quienes se han encargado de impedir que alguien más pueda verlas. No pudo conocerlas la OACI, ni la ONU, ni un tribunal federal, ni la sociedad norteamericana. Sólo el gobierno accedió a ellas. Nadie más. Han pasado más de 16 años de hermético ocultamiento. Las imágenes satelitales fueron, sencillamente, secuestradas, desaparecieron. ¿Cómo explicar esa conducta? ¿Qué otra explicación puede tener como no sea que los gobernantes norteamericanos, los únicos que vieron las imágenes, saben que prueban que el incidente ocurrió dentro del territorio cubano? Sólo eso puede explicar que las condenasen, también a ellas, al confinamiento solitario y las hayan castigado, como a Gerardo, a prisión perpetua.

Libertad a los Presos Políticos de Colombia


Una confrontación armada de larga duración como la colombiana genera prisioneros y prisioneras, que en el caso de los insurgentes detenidos asumen el estatus de presos políticos pues su motivación ha sido la rebelión contra un estado que vulnera los más mínimos derechos humanos, contra un estado que no brinda ningún espacio para la oposición pacífica como lo ha demostrado el exterminio de los cinco mil militantes de la UNIÓN PATRIÓTICA entre 1985 y 1990, los asesinatos de los candidatos de la izquierda y sectores democráticos con opciones de triunfo (Jaime Pardo Leal, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo, Luis Carlos Galán) y los miles de asesinatos de sindicalistas y dirigentes sociales durante toda la historia política Colombiana.

Además, el Estado colombiano tiene como práctica recurrente la detención de la oposición política con cargos que van desde rebelión y, en los últimos años, hasta terrorismo, estos detenidos se convierten en presos de conciencia, pues su labor era fundamentalmente la de exponer sus ideas por vías pacíficas. El gobierno actual ha incrementado dicha práctica ya no sólo dirigida a opositores, sino a campesinas y campesinos señalados de guerrilleros.

En éste sentido implementa una estrategia de capturas masivas y falsos positivos. Luego, estas personas son condenadas sin garantías jurídicas y sin ningún tipo de respeto por el derecho procesal, siendo recluidos en las cárceles en condiciones indignas. Así, existe en Colombia cerca de siete mil personas en las cárceles por razones políticas cuya situación incluye una afectación a sus familias, pues son cabezas de familia responsables de su sustento.

En el caso de las mujeres la situación es doblemente dramática, a sus difíciles condiciones de reclusión se suma la separación de sus hijos, solo tiene la visita de sus hijos una vez al mes, si tienen niños menores de 4 años pueden permanecer en las celdas con ellas, pero luego son arrancados de sus manos. Es igualmente terrible la situación de las prisioneras embarazadas, las cuales no cuentan con los mínimos elementos de cuidado durante su embarazo.

En las cárceles del Estado colombiano hay unos 500 presos y presas guerriller@s, los demás, unas 7000 personas encarceladas, han sido encarceladas por su pensamiento crítico y su labor social.

Se asiste igualmente a un intento por desaparecer la figura del delito político, intentando en consonancia con las políticas internacionales del imperio acusar a los rebeldes detenidos de delitos distintos al de rebelión, por ejemplo se les acusa con cargos de terrorismo, secuestro, concierto para delinquir y, en el intento por despolitizar el conflicto armado, son señalados de narcotraficantes con lo cual pueden ser extraditadas a las cárceles del imperio como es el caso de dos guerrilleros y una guerrillera de las FARC.

Al respecto es importante destacar el fallo de la juez de primera instancia de Milán, Clementina Forleo, cuando en un proceso adelantado a dos militantes Islámicos concluyó: “Una cosa es la guerrilla y otra el terrorismo: es necesario distinguir entre las actividades desarrolladas en un contexto bélico y aquellas destinadas a golpear a la sociedad civil de forma indiscriminada”.(Colocar cita de pie de página)

Ante el contexto descrito, los presos políticos y sus familias se encuentran no solo en una dura situación material y económica, se encuentran también en una situación de aislamiento moral y político frente al mundo, de ser luchadores por la libertad, con altos valores humanistas y altruistas, pasan a ser mostrados desde la maquinaria mediática como “bestias peligrosas para la sociedad” que solo merecen el repudio y el castigo.

La situación de los presos políticos puede ser transformada a partir de la creación de la RED DE HERMANAMIENTO, la Red de Hermanamiento significa la creación de un inmenso movimiento de solidaridad capaz desbordar y fracturar el intento de la tiranía Colombiana por destruir moral y políticamente los procesos de resistencia y emancipación.