“Todo acto de persona o grupo destinado a propagas doctrinas que atenten contra la familia, propugnen la violencia o una concepción de la sociedad, del Estado o del orden jurídico de carácter totalitario o fundada en la lucha de clases, es ilícito y contrario al orden institucional de la República”
(Artículo 8º de la Constitución Política de Pinochet)
“La receta del marxismo para la transformación social ha perdido vigencia”
(Carlos Altamirano Orrego. Entrevista en La Tercera del 05 de agosto de 2007)
“El Partido Socialista de Chile…asume como método de interpretación de la realidad el marxismo crítico, enriquecido y rectificado por el avance de la cultura, la ciencia y el desarrollo social…”
(Estatuto del PS de Chile. Texto Refundido. Noviembre de 2003)
FUNDAMENTACIÓN
La conducción cupular del PS de Chile, nos ha llevado a la profunda crisis política actual que se traduce en la fragmentación del partido; en el retroceso electoral, tanto en las elecciones municipales de 2008, como en las parlamentarias de 2009, pero en especial la derrota del candidato Eduardo Frei a las presidenciales, candidato impuesto de manera soberbia por las cúpulas partidarias, luego que el candidato permanente de Camilo Escalona y su mayoría, José Miguel Insulza, se negara a competir.
Urge, por lo tanto, iniciar un debate a fondo sobre estas consecuencias y exigir la realización urgente de un Congreso General Extraordinario, cuya finalidad sea el rescate, la recuperación del PS, como instrumento fundamental del cambio del sistema capitalista a uno socialista, características esenciales de este último que deberemos definir luego de una discusión a fondo en la base del partido.
De los restos de esta militancia de base que piensa socialista y que está por los cambios, dependerá que podamos recuperar o no los principios fundacionales y la historia de lucha del PS por un mundo mejor, más democrático, más participativo, de mayor justicia social, donde cada cual reciba lo que necesita. Nuestras ideas y planteamientos apuntan a esto. Ellas surgen en la Región de Valparaíso luego de muchas horas de trabajo de debates, reflexiones, encuentros y desencuentros, documentos que hemos elaborado y propuestas que hasta hoy han caído en el vacío cupular, pero que hemos estado entregando sin desmayo desde mediados de la década de los noventa, sin éxito hasta la fecha.
Vayan como demostración tres ejemplos.
* El año 1995, en el documento que presentamos en la Comisión Nacional de Proyecto Socialista, que había sido designada por la Mesa del PS para entregar elementos de discusión a las bases del partido antes de la convocatoria a una Conferencia Nacional de Proyecto Socialista, decíamos ( )
“…La unidad de nuestro partido se realizó sin definiciones, sólo bajo el signo de unos vagos protocolos, posibles de suscribir por cualquier persona interesada en los problemas sociales…en este período de reflujo mundial de las ideas socialistas; de dispersión, incertidumbres y abandonos ideológicos ante la presión y el embate del pensamiento liberal burgués; en fin, en estos tiempos de apertura del partido a portadores de variadas visiones ideológicas, ha sido…una misión bastante compleja coincidir en un marco común…El proyecto socialista debe demostrar la vigencia del socialismo, determinar lo caduco, lo vigente y lo nuevo de sus principios; precisar conceptos; analizar el contexto mundial del presente y delinear sus perspectivas futuras y, en función de esto, definir sus lineamientos programáticos… El vacío teórico que vive el partido exige un Proyecto Socialista que defina los fundamentos del socialismo y justifique la existencia del partido, terminando con las nebulosas ideológicas y las vaguedades que mantienen a los socialistas en posiciones erráticas, inconsistentes y pragmáticas…”
La propuesta presentada a la Comisión Nacional insistía en que el móvil esencial de la existencia del Partido Socialista de Chile “es el establecimiento de una sociedad socialista. Una sociedad igualitaria, justa, humana, donde los medios básicos para producir los bienes materiales y espirituales sean comunes, y sus integrantes, liberados de la opresión enajenante y del individualismo egoísta que genera el orden capitalista, entreguen a la comunidad, libremente, su fuerza de trabajo para recibir de ella todo lo necesarios para una vida plena de bienestar autorrealización. Donde el ser humano construye libremente su destino.”
Entre los objetivos históricos permanentes del PS planteábamos, entre otros, “el pleno respeto a los Derechos Humanos, considerando como valor inalienable la libertad”…”la sustitución del sistema capitalista en base a un proceso permanente que permita alcanzar, en el seno de la sociedad, una real conciencia de la necesidad del cambio”…”la real participación del pueblo”…”solidaridad activa con los contingentes que en cada región luchan por la transformación socialista del mundo”…”priorizar la integración regional latinoamericana”…”salir al paso de las visiones neoliberales”…”defensa de nuestras riquezas básicas y del medio ambiente”.
* Muchos otros documentos que han apuntado en esa dirección, enriqueciendo los planteamientos señalados, han sido elaborados y entregados para realizar el debate pendiente. Baste señalar la rica documentación aportada por muchos compañeros con la finalidad de debatirlos en los Congresos del partido. Sin embargo, de manera sistemática y persistente, las direcciones cupulares se han negado al debate y a publicar esos documentos.
* En mayo de 1996, ante el documento emanado del XXV Congreso General decíamos ( ) “A pocos días de terminado el XXV Congreso General del Partido, una sensación de molestia, desconcierto y desmoralización recorre buena parte de la militancia. Una estrategia finamente diseñada y puesta en marcha para dañar al Partido que hemos conocido durante tantos años y por el cual muchos camaradas y amigos han dado sus vidas, ha culminado su primera fase con éxito para las cúpulas: evitar la discusión ideológica y sacar un “documento programático” ambiguo, sin doctrina, sin una línea política y sin proyecto socialista. Lo que se aprobó fue un documento prefabricado, redactado fuera de los espacios de discusión congresual, consensuado entre las cúpulas, y que tiene como objetivo fundamental no vulnerar ni modificar los espacios de poder… ese documento corresponde fielmente a la visión ideológica de quienes aspiran a “humanizar” el capitalismo, resignándose a un capitalismo sin fin. Y, por lo tanto, necesitan de un partido “de ciudadanos”, sin proyecto ni marco político, que no sea un instrumento de cambio, sino un instrumento manejado al amaño de las cúpulas de turno”
En ese Congreso planteábamos siete propuestas bien concretas: 1) El rescate y el reconocimiento de la historia del partido, de su doctrina, de sus símbolos… de su carácter profundamente anticapitalista, de su opción por los trabajadores, por los dominados y los desposeídos; 2) Que el socialismo, entendido éste como organización racional y ética de la sociedad, sigue absolutamente vigente y que el compromiso de los socialistas es transformar la sociedad capitalista en socialista; 3) Que el avance social en esta perspectiva sólo es posible mediante la organización y desarrollo del tejido social, no a través de acuerdos entre las cúpulas partidarias; 4) Que el mercado, si bien es una herramienta para la asignación de recursos, no es neutro, pues tras suyo se esconden intereses muy precisos de poder…y una forma de garantizar su transparencia, tanto nacional como internacionalmente es que el Estado ejerza realmente su papel regulador, vía la planificación estratégica del país; 5) Que es necesario tener políticas claras respecto del medio ambiente, respecto de las minorías étnicas, de los jóvenes, de las mujeres, de la tercera edad; 6) Que la Concertación, que jugó un rol fundamental para sacar a Pinochet de La Moneda, y que era una alianza política y social, se ha ido transformando sólo en una alianza política. Peor aún, sólo de cúpulas políticas. En este sentido señalábamos la necesidad de evaluar objetivamente el cumplimiento del Programa que la Concertación había ofrecido al pueblo chileno, antes de declararla, como la hace el Documento aprobado, “alianza estratégica”; 7) Que es indispensable articular un nuevo Acuerdo Democrático Nacional, de manera de ampliar el arco de la Concertación hacia la izquierda que está fuera de ella, junto al mundo social, para producir los cambios constitucionales, políticos y económicos sociales a favor de las mayorías.
Las siete propuestas fueron rechazadas por las mayorías cupulares del XXV Congreso General del PS realizado en 1996, las que aprobaron un documento descafeinado en lo ideológico, plagado de conceptos idealistas como por ejemplo el de “mutación” para explicar los cambios sociales, económicos y políticos instalados en Chile por la dictadura y a nivel internacional por el imperialismo; o el de la lucha por “la libertad, la igualdad y la justicia”, entendidos como categorías eternas, por encima del bien y del mal; nada decía ese documento sobre las enormes contradicciones del modelo neoliberal impuesto por la dictadura, que cada vez acumula más riqueza en pocas manos, expolia nuestras riquezas básicas y permite la libre circulación de capitales. No habla de contradicciones, sino de “desigualdades”, etc., etc. En suma, se trataba de fortalecer la alianza entre las cúpulas del PS y los sectores neoliberales de la Concertación (e incluso de dentro del partido), alianza que ha dominado sin fisuras el desarrollo de las políticas concertacionistas, todo lo cual ha llevado a la profunda crisis actual de la Concertación, que ha entregado el gobierno a la derecha, y del PS que ha perdido sus señas de identidad, fragmentándose y transformándose en un partido en decadencia.
Nuestra propuesta, basada en la gran confianza que tenemos en los trabajadores y en el pueblo y en sus capacidades para ser efectivos motores de un cambio que es urgente en lo económico, político y social, apunta, como ya hemos anotado, a la recuperación de nuestro querido Partido Socialista como instrumento esencial de dicho cambio. La tarea no será fácil pues es evidente que muchos dirigentes socialistas ya no creen en el socialismo, que piensan al capitalismo como indestructible, y han asumido, en sus planteamientos teóricos y actitudes prácticas, al neoliberalismo.
En cuanto a nosotros, no podemos seguir aceptando que una pequeña cúpula de dirigentes y parlamentarios sigan dictando las normas según las cuales la base militante debería pensar y actuar, base militante desinformada, sin educación política, muchas veces sometida a través de alguna pega del Estado, sin solidez ideológica. No aceptaremos a futuro que las cúpulas decidan por sí y ante sí las alianzas del partido, sus estrategias y eventualmente la selección de candidatos a cargos de elección popular, sin contar con nuestra opinión, sino que despreciándola. La historia ha demostrado que esta forma de dirigir al partido lleva inevitablemente al fracaso.
LA DICTADURA CÍVICO-MILITAR DE DERECHA
Tanto la gestación del golpe militar contra el Presidente Allende, como la posterior instalación de la dictadura, contó con el beneplácito y el apoyo tanto de la derecha nacional, como de la internacional, en especial del gobierno norteamericano. Esta fue la respuesta de la derecha históricamente dominante en Chile a los indudables avances sociales, políticos y económicos que experimentó nuestro país en los cien días de gobierno del compañero Presidente. En este tiempo se trabajó duro por el fortalecimiento de la participación popular; de las organizaciones políticas de izquierda a través de sus partidos, sindicatos y organizaciones culturales; en el rescate de nuestras riquezas básicas; en avanzar hacia lo que pensábamos debería ser una sociedad más justa.
Instalada la junta militar, con gran velocidad se desarrollaron dos estrategias paralelas y complementarias. Una, el anular, destrozar, hacer desaparecer el sujeto popular, sus organizaciones y estrategias mediante el terror de Estado y dos, iniciar y desarrollar un rápido e intenso proceso de reacumulación capitalista, entre otros mecanismos vendiendo a precios irrisorios las empresas del Estado, con lo cual personajes de la derecha, perfectamente identificados, llevaron a sus manos una cantidad increíble de plusvalía, la que se continuó incrementando mediante la explotación inmisericorde de los trabajadores, ahora indefensos.
A fines de la década de los ochenta teníamos así un país donde la derecha civil, apoyada por la bruta fuerza de la dictadura, había producido cambios importantes en la estructura de clases y los agrupamientos sociales. Entre ellos podemos mencionar los siguientes:
* Concentración creciente de la riqueza en unos pocos personajes privilegiados por la dictadura y que la Concertación no tocó. Tal como señala Hugo Fazio ( ) …el primer décil –formado por el 10% de la población de menores recursos- percibe sólo un 1,2% del ingreso total, mientras el décimo décil –el 10% más rico- recibió el 47%... No puede alcanzarse una mejor distribución sin tocar a los grandes intereses económicos, nacionales y extranjeros, favorecidos por el modelo económico… La desigualdad distributiva sería aún mayor si se considera porcentajes de la población más reducidos. Al presentar los datos en deciles se oculta la participación desproporcionadamente elevada de los grupos de mayores ingresos, que constituyen un porcentaje de los hogares mucho más reducido que un 10%. De hecho, desde el 2005 hasta la fecha, la distribución de la riqueza es aún más inequitativa, pues el décil más rico recibe el 56%.
* Las consecuencias de la estrategia económica de la dictadura cívico-militar de derecha significó una nueva estructura de la clase trabajadora, caracterizada por varios elementos, que es fundamental tener en cuenta para la elaboración de estrategias de liberación. Uno, sectorial, donde el sector servicios es hoy día dominante. Dos, baja calidad, donde se ha desarrollado una economía “informal” y/o “sumergida”, en la que laboran, se calcula, alrededor de 1.800.000 personas. Tres, distribución espacial rígida. De esta manera los trabajadores de la gran minería del cobre del norte, tienen condiciones de trabajo inalcanzables para los pirquineros de la región de Valparaíso los que, a su vez, difícilmente pueden desplazarse en busca de mejores condiciones laborales. Cuatro, atomizada, donde trabajadores de un mismo sector (minería, forestal, retail, etc.) trabajan para diferentes empresas subcontratistas, en distintas condiciones y exigencias de trabajo. Cinco, ideológica. La división de clases ya no se advierte con la claridad de antes. La maquinaria con que la derecha ha generado y distribuido ideología durante los gobiernos de la Concertación, sin ninguna estrategia alternativa de ésta, ha producido el efecto de exacerbar el individualismo, el “tu puedes”, el egoísmo, la competencia, la discriminación. Socialismo, para la masa trabajadora, es un concepto añejo, sin esperanzas, sin futuro, fracasado. Todo esto reforzado por la caída de la ex-URSS y el derrumbe del capitalismo de Estado o “socialismo real”, cuestión aún no suficientemente estudiada ni investigada por la izquierda marxista chilena ni internacional. En nuestro caso, no es menor la influencia de esta caída entre los llamados “renovados”, “terceristas” y “nuevos izquierdistas”, para empujar al PS a la actual alianza con Expansiva y el neoliberalismo. Nosotros seguimos aguantando a pie firme...
* Pero también hubo cambios significativos en la clase empresarial dominante. Del proceso de acumulación capitalista existente en Chile hasta 1973, centrado en particular en el área industrial protegida, apoyada por el sector financiero, se pasa, durante la dictadura, gracias a los “chicago boys”, a un sistema de rápida circulación del capital, endeudamiento y creación de empresas de papel, es decir, a una lógica económica especulativa, de acumulación vía la rápida circulación del capital, sin base real en empresas productivas, salvo las extranjeras, para las cuales la dictadura dicta el famoso DFL 600, aún intocado, que permite sacar fuera del país cualquier ganancia de las inversiones de dichas empresas y cualquier tipo de riqueza básica (cobre, oro, plata, madera, pescado, etc., etc.) sin procesamiento en Chile ni control del Estado.
El resultado de la estrategia de acumulación rápida de los primeros años de la dictadura cívico-militar, condujo al país a la violenta crisis de 1981, obligando al gobierno a dejar de lado su discurso de no intervención del Estado, eso sí, ahora, para salvar del desastre a sus amigos, entregándoles más de nueve mil millones de dólares de la época, dinero de todos los chilenos, pero que en la lógica de la derecha era de total justicia, pues para ella… “siempre las utilidades deben ser privadas, y las pérdidas asumidas por el Estado”. Lamentablemente, tampoco hizo mucho la Concertación para recuperar esos nueve mil millones…
Otro aspecto importante de la lógica neoliberal empresarial ha sido su gran capacidad para establecer acuerdos, convenios, tratados, con el fin de articularse con grupos capitalistas extranjeros. El discurso ideológico de apoyo a esta estrategia ha sido el de la “globalización”, proceso que, tal como señala Zigmunt Bauman ( ) “…incluye una segregación, separación y marginación progresiva…Causa especial preocupación la interrupción progresiva de las comunicaciones entre las elites cada vez más globales y el resto de la población, que está “localizada”. En la actualidad, los centros de producción de significados y valores son extraterritoriales, están emancipados de las restricciones locales…”
NUESTRO INSTRUMENTO DE ANÁLISIS MARXISTA
Aunque el PS sigue aceptando como instrumento de análisis de la realidad al marxismo “enriquecido con los aportes de los nuevos conocimientos humanos”, la verdad es que se siguen utilizando, con pocas variaciones entre quienes pensamos socialista, las propuestas planteadas por Carlos Marx en el siglo XIX, siglo donde pensar “científicamente” suponía aceptar los principios cartesianos de la disyunción, de la separación de sujeto y objeto investigado, de las ciencias sociales de las ciencias naturales; el pensar en forma racional y objetiva; el demostrar la verdad mediante el experimento y/o la lógica de la coherencia entre la realidad y lo que se plantea; de la relación causa-efecto; del determinismo; del pensar el tiempo como flecha que viene del pasado, cruza el presente y va al futuro, etc.
Paralelo a esto, durante los decenios de vida de la ex URSS, en particular en los partidos comunistas, se repitieron mecánicamente conceptualizaciones deformadas del marxismo y del leninismo, elaboradas por Stalin y sus adláteres, que no sólo fueron oportunistas y equivocadas, sino que significaron innumerables sufrimiento y muerte a millones de personas. La defensa emocional de la “primera República de la clase obrera”, o del “socialismo en un solo país”, a nivel interno e internacional, no sólo dificultó el estudio y análisis objetivo de la realidad que vivía el pueblo soviético, sino que también impidió prever el desmoronamiento de la ex URSS y dificultó el elaborar una teoría marxista que estuviese enriquecida con los avances del conocimiento humano, como dicen las declaraciones formales del PS.
No fue raro, entonces, que luego de la caída de la ex URSS fue más fácil para nuestros dirigentes “renovados” señalar al marxismo como doctrina “obsoleta”, “fracasada”, “que perdió vigencia”, para luego abrazarse al neoliberalismo, estableciendo la actual alianza mayoritaria en el seno del PS.
Nosotros siempre nos hemos planteado como necesidad histórica el construir una metodología que, basada en los elementos fundamentales de Marx, efectivamente se enriquezca con los avances del conocimiento humano, para que sea capaz de detectar y no ocultar las uniones, las articulaciones, solidaridades, implicaciones, imbricaciones e interdependencias entre los diferentes fenómenos de la vida cotidiana del ser humano, introduciendo, por ejemplo, un concepto desarrollado en los últimos treinta años que es el de complejidad, que permite tomar clara conciencia, como dice Edgar Morin, de la “ignorancia agazapada, disimulada en el núcleo de lo que pensamos como más exacto y riguroso: el pensamiento científico”, paradigma esencial de quienes han construido teorías alejadas del pensamiento especulativo-religioso.
La crisis de lo que se pensaba como “científico” durante el siglo XIX se produjo en el siglo XX recién pasado, y surgió al descubrirse que en el mundo micro físico los fenómenos que allí ocurren no eran explicables con los métodos clásicos del pensamiento científico: troceo de la realidad, disyunción, modelos mecánicos, experimento, prueba, comprobación, a tal causa tal efecto, determinismo. Fue necesario entonces construir una nueva conceptualización donde reina la incertidumbre, el carácter aleatorio de las mutaciones genéticas, el caos, el desorden, lo imprevisto, lo indeterminado… todo lo cual ha enriquecido la manera de pensar en forma científica, y abierto nuevas perspectivas de análisis.
Hoy sabemos que el concepto “ciencia” no es ni absoluto ni invariable. Al contrario, los caracteres específicos y básicos del concepto son lo más dependiente que hay de la dialéctica permanente entre la ideología dominante y la que (las que) se le enfrentan en cada época y lugar histórico. Por este motivo, lo primero que deseamos dejar en claro que nuestro esfuerzo por repensar el marxismo no supone desconocimiento de su importancia y vigencia, ni tampoco nos obliga una inspiración divina, ni viene de otro planeta, sino que surge de las actuales y urgentes necesidades de afinar nuestro instrumento de análisis de la realidad social, económica y cultural de nuestro país, a partir de las nuevas condiciones del conocimiento humano, el que hoy dispone (y los llamados marxistas rara vez utilizan) de un impresionante bagaje de saberes en física, química, biología, antropología, neurociencia, informática, teoría del caos, astronomía… lo cual obliga a entender realidades diferentes, con sus propias especificidades, pero estrechamente interrelacionadas, inter e intra influyentes, dentro de y entre los universos micro, mezzo y macro físicos y antropo sociológicos. No pretendemos con esto inducir al conocimiento de todas estas disciplinas, pues hoy día el enciclopedismo es imposible, sino que señalar que en la construcción de nueva teoría política es fundamental saber reconocer las características de las conexiones e interrelaciones que se establecen y desaparecen entre ellas.
Lo anterior no significa en absoluto que vamos a olvidar y dejar de lado el bagaje de conocimientos anteriores. Esto sería tan absurdo como dejar de lado las leyes de Newton, que por ejemplo permiten prever los eclipses, porque ellas fueron elaboradas a partir de la racionalidad científica cartesiana, donde el principio de disyunción era fundamental. Lo mismo vale para los planteamientos y desarrollos de Carlos Marx, también hombre del siglo XIX, pero cuyos aportes a la teoría política y económica siguen vigentes y permiten explicar perfectamente el funcionamiento estructural del capitalismo, sumando, además, el hecho esencial de las características éticas y morales de sus llamados a la libertad de los trabajadores, luchando por romper las cadenas de su alienación. Todo esto sigue absolutamente vigente, pero no es suficiente para explicar la realidad del mundo actual, ni para definir nuevas estrategias políticas que apunten, en las actuales condiciones, a la liberación de los hombres y mujeres de hoy.
Para iniciar esta difícil tarea debemos tener claro, insistimos, que es imposible contener, en un solo cerebro, como ocurría durante la Ilustración, todo el conocimiento de la época, es decir transformarnos en enciclopedistas, sino en ser capaces de articular lo que está separado y debería estar junto, caracterizando con la mayor precisión posible las interrelaciones e interinfluencias existentes entre los diferentes fenómenos que se dan en la sociedad, sabiendo siempre que la sociedad es mucho más que la sumatoria de fenómenos parciales que se dan en ella en una época y lugar determinado.
CARACTERIZACIÓN DE NUESTRA ÉPOCA
Para mejor enfocar nuestro análisis, queremos describir, muy resumidamente, algunos elementos que caracterizan los cambios de tipo socioeconómicos y las consecuencias de ellos en la superestructura ideológica, pues con Marx sabemos que los cambios de la infraestructura de producción material siempre suponen cambios no sólo del poder, sino también del modo de pensar de las personas.
Esta descripción es sólo un punto de partida para iniciar el debate que pedimos y que seguimos considerando imprescindible en el seno del PS de Chile, entendiendo que hoy ya no se conciben instrumentos de análisis lo suficientemente poderosos como para demostrar la validez de ningún meta relato; que ninguna disciplina del saber puede pretender ser portadora de una explicación posible de ser generalizada y universal, como pretende el capitalismo y pretendió el socialismo “real”. En ambos macro relatos ha habido un esfuerzo permanente de las clases dominantes para hacer creer al pueblo que el sistema de dominación es inevitable, es urgente, más aún, imprescindible. De allí que nuestra primera bandera sea la de la libertad del ser humano, la ruptura de las cadenas de la alienación.
Nuestra propuesta es la de avanzar en esta dirección. Es una propuesta con toda seguridad insuficiente, pero que puede ayudar a empezar a comprender mejor la transición de la época en que vivimos y sus efectos demoledores sobre la estructura, organización e ideología de la clase trabajadora. Sólo teniendo claros estos aspectos podremos seguir luchando por una sociedad más justa, solidaria, integradora, donde el beneficio del trabajo se reparta en forma equitativa entre todos. En suma, por una sociedad socialista.
Centraremos nuestra atención en tres grandes transformaciones que caracterizan el cambio actual: la infraestructura económica, la revolución binaria y la neurológica. Cada una interactúa sobre las otras dos, formando un círculo virtuoso, según la nomenclatura de Morin pero que, a nuestro juicio, corresponden al núcleo duro de los problemas centrales que debemos conocer y enfrentar para poder combatir al capitalismo en su actual versión neoliberal.
* Cambio de la infraestructura económica
A partir del último cuarto del siglo XX la producción industrial de los países más avanzados ha ido perdiendo su importancia en muchos sectores de dicha producción, remplazándola un trabajo que crea productos inmateriales, tales como el conocimiento, la información, la comunicación, el procesamiento de la información. De este modo se ha ido produciendo una redistribución espacial de las instalaciones industriales, desde esos países hacia otros que ofrecen condiciones más favorables a la acumulación de capital, incrementándose así, de modo nunca antes conocido, la capacidad de control y dominio de las metrópolis imperialistas sobre los territorios periféricos mediante el control de la información y del conocimiento y de la circulación del capital.
Esa redistribución espacial, sin embargo, es selectiva y se realiza con procesos de producción que no supongan peligros estratégicos para las metrópolis, en el caso de que las instalaciones periféricas caigan en manos nacionalistas. Por otro lado ella se efectúa sin entregar, por ningún motivo, el control de la información ni de la circulación del capital y su acumulación en muy pocas manos, mediante los productos inmateriales antes señalados los que, a su vez, permiten la estrecha y permanente imbricación entre la producción y el consumo, evitando las acumulaciones de stocks mediante un monitoreo permanente de los mercados y su capacidad de demanda. El control y manejo de la información acerca de los mercados pasan a ser así más precisos en los procesos productivos.
En la sociedad actual ha emergido, desarrollado y fortalecido el trabajo inmaterial, que es el trabajo que produce un bien no material, como el servicio, la información, un producto cultural, un conocimiento, la comunicación…la ideología. Su labor esencial consiste en identificar y resolver problemas, proponer estrategias, enfrentar conflictos, además de crear ideologías favorables y proclives al capitalismo. La herramienta fundamental para todo esto es el computador.
Un aspecto importante del trabajo inmaterial es su labor permanente hacia lo afectivo del contacto humano y la interacción. Incluso cuando el trabajo es físico, él es inmaterial en cuanto a que productos derivados son intangibles: sentimientos de placer, de bienestar, de satisfacción, de excitación, de pasión, etc., siempre tratando de evitar la agudización de las inevitables contradicciones entre capital y trabajo. Se trata siempre de producir “colaboración”, “no crear conflictos”, “cooperar”, “ser proactivos”, “comprender que todos estamos en el mismo barco”… Todo lo cual no se impone vía la disciplina de las grandes factorías fordistas, sino mediante “la comunicación permanente”, “las relaciones laborales”, “el rol social de la empresa”, “la construcción de pertenencia”, todo lo cual es inmanente al trabajo no material.
En la etapa agraria del siglo XIX, para que la agricultura produjese bienes, sólo se necesitaban peones analfabetos, dominados por el patrón y por la iglesia. Al emerger la fase industrial en Europa, todas las formas de trabajo y de organización social tuvieron que industrializarse, para lo cual eran necesarios trabajadores capaces de leer y escribir, para que no destruyesen las máquinas por ignorancia. A Chile esta etapa industrializadora llegó bastante entrado el siglo XX, por lo que la alfabetización no fue obligatoria sino hasta la década del veinte.
Hoy se vive una fase en la que los trabajadores deben informatizarse, hacerse “inteligentes”, “propositivos”, “creativos”, “proactivos”, “modernos”. Es el mensaje permanente que llega desde aquellos países más avanzados en el desarrollo del trabajo inmaterial y que, en el caso de Chile ha impuesto una tendencia ideológica hegemónica en términos cuali y cuantitativos a casi toda nuestra sociedad. Cualquier trabajador analfabeto informático en esta sociedad tiene escasas posibilidades de trabajo decente y de comprender el por qué de su situación. Los trabajos mal remunerados, la droga, la violencia individual y/o microgrupal, el delito, son sus alternativas.
La sociedad industrial del siglo XIX y XX exigió la concentración de quienes buscaban trabajo en la periferia de las grandes ciudades, pues ello facilitaba el funcionamiento de la fábrica y el disponer de mano de obra barata y de rápido transporte. En este contexto se construyó la organización de los partidos políticos de los trabajadores, una de cuyas características era el centralismo “democrático”, para diferenciarlo del centralismo “autoritario” de la fábrica, aunque tomado el poder por vía revolucionaria, rápidamente se olvidó lo de “democrático”.
Hoy día el desarrollo del trabajo inmaterial vía la informática y la creciente masa de trabajadores en el sector servicios, sumado al progreso permanente de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, exigen más bien no centralizar la producción en un territorio determinado, salvo que se trate de extracción de riquezas naturales, pero, incluso en este caso, es posible deslocalizar los trabajadores mediante empresas subcontratistas que participan en red en el proceso productivo. El proceso se desarrolla, sin embargo, manteniendo el rol subordinado de las empresas de producción material a las empresas cuya producción y el capital son esencialmente inmateriales, ubicadas en la metrópoli. En este contexto no es de extrañar la multiplicación de las subempresas que alquilan el capital fijo material (construcciones, instalaciones, máquinas, materiales de transporte) a las mayores. O que en una macroempresa de retail, por ejemplo, existan centenares de subempresas, con poco trabajadores, cada una de ellas especializada en la venta de un solo determinado producto.
El fenómeno antes descrito se basa en el cambio de la percepción espacialde la élite empresarial. En la etapa industrial, la empresa estaba instalada en un espacio determinado y fijo, definido por sus dueños, desde donde raramente se movía. Hoy, habiéndose diluido la propiedad entre accionistas, la ley del lucro ha obligado a los directivos, elegidos por los mismos accionistas, a trasladar la empresa allí donde perciben, vía control y análisis de la información, que las utilidades serán mejores, no importándoles que ni los trabajadores, ni la comunidad puede trasladarse tan tranquilamente como la fábrica a otro territorio.
Lo que ha surgido, entonces, es una organización en “red”formada por nudos(empresas y subempresas satélites) que pueden aparecer y desaparecer en un determinado espacio, según sean las decisiones de sus dueños accionistas, como modelo organizativo de la producción.
Una de las consecuencias de este fenómeno es la transformación de las formas de comunicación y solidaridad entre los trabajadores, existentes en la etapa industrial anterior, la que era generada especialmente por la cercanía física y emocional dentro de cada local de producción y entre los diferentes locales, ubicados de manera permanente en un determinado espacio.
El efecto de este cambio de la infraestructura productiva sobre la superestructura ideológica de los trabajadores es evidente: reducción de la solidaridad, escaso espíritu de lucha, temor al despido, fortalecimiento de la capacidad individual para enfrentar problemas, debilitamiento progresivo de sus organizaciones, etc.
En definitiva, la transformación de la infraestructura económica ha supuesto una profunda crisis de las organizaciones sindicales y políticas que nacieron con la sociedad industrial, las cuales al mantener sus estructuras organizacionales tradicionales, quedan en desventaja total frente a la organización de las empresas. Hoy día éstas son capaces en red de producir más riquezas, bienes y servicios con menos trabajadores, eso sí, cada vez más especializados, dejando de lado a todas las personas aptas también para el trabajo asalariado, pero no especializados.
Las conquistas legítimas que han logrado los trabajadores, producto de sus luchas ante el capital, se fueron ampliando y fortaleciendo durante la etapa de industrialización, gracias, ya dijimos, a la cercanía física entre ellos, a su percepción clara de quién o quiénes se apropiaban de la plusvalía que generaban, al fortalecimiento creciente de sus organizaciones sindicales, a su clara conciencia de trabajadores y a que su forma de organización política y sindical era efectiva y poderosa en la empresa espacialmente inmóvil y sin una red de subempresas a su alrededor.
Es la realidad existente y desarrollándose cada vez con mayor velocidad en Chile y en el mundo capitalista, sin que nada reemplace esta situación de debilidad estructural de las organizaciones políticas y sindicales de los trabajadores.
De aquí que, frente a esta nueva realidad, la estructura organizacional del PS, según el diseño “marxista-stalinista” utilizado por nuestros dirigentes, no sólo está obsoleta sino que facilita objetivamente no sólo la mantención, sino que la expansión del sistema neoliberal capitalista.
Desde el punto de vista conceptual una red representa una nueva visión de la comunicación como coordinación de acciones mediante el lenguaje. Esto supone la ruptura con la organización rígida y estereotipada tradicional y el inicio de procesos creativos, de invención continua, de articulación de propuestas y de fortalecimiento y ampliación de diversos movimientos sociales a nivel focal, en la idea de reducir la marginalidad y fortalecer la integración de grupos sociales con intereses semejantes.
Pero, para avanzar en esta perspectiva, se requiere de un pensamiento complejo que tenga en cuenta la permanente construcción de subjetividades sociales, a partir de múltiples acontecimientos que se interrelacionan dialécticamente entre sí. Continuar pensando de manera cartesiana para construir organizaciones en red, llevará como resultado inevitable el fortalecimiento del individualismo, capaz de generar interpretaciones y acciones parciales y erróneas.
* La revolución binaria
La denominamos de esta manera pues se refiere a los efectos que ha producido en la infraestructura económica y la circulación vertiginosa del capital, y el paso a una sociedad de trabajo “inmaterial”, el desarrollo exponencial, en los últimos cinco decenios, de las tecnologías de la información y las comunicaciones - TICs – cuya herramienta esencial es el computador que funciona, a su vez, mediante el lenguaje binario 0 y 1.
El triunfo de lo binario, de Internet, del ciberespacio, es lo que ha significado el nacimiento de la des-territorialización que hemos analizado, como concepto dominante de la sociedad llamada “de la información”, pues lo binario no está en ninguna parte y, sin embargo, está en todo lugar, entrando y saliendo de nuestros hogares sin dejarse agarrar por nadie, por lo cual no podemos controlarlo.
Una característica importante de esta sociedad es la corta longitud del ciclo de innovación y obsolescencia de las tecnologías y de los productos que se lanzan al mercado. El perfeccionamiento y desarrollo permanente de “chips” y procesos binarios cada vez más poderosos es otro factor que caracteriza a la nueva economía en red. Un área de desarrollo tecnológico creciente y que va a coadyuvar el fortalecimiento de esta sociedad es la nanotecnología, que multiplicará por centenares de millones las actuales capacidades de acumulación y procesamiento de información, con lo que se va a perfeccionar el control. En el fondo, como ha señalado Guilles Deleuze, el paso de la sociedad industrial a la sociedad de la información, equivale al paso de una sociedad de disciplina (industrializada) a una de control (informatizada). En este contexto la pregunta fundamental para nosotros es ¿qué rol puede jugar el socialismo libertario?
En la sociedad de control los mecanismos que lo permiten se hacen mas “democráticos”, en el sentido que pueden llegar a todas las personas, pero al mismo tiempo impiden que estas personas actúen sobre esos mecanismos. Es decir, se trata de una sociedad donde se produce un doble fenómeno: por una parte crece la brecha entre el ámbito decisorio institucional y los trabajadores y, por otra, el escaso conocimiento y control de la información por estos últimos, hace que vean una suerte de nebulosa desde donde vienen las decisiones que les afectan. El ejemplo típico que tenemos en Chile es el control de los medios de comunicación masivos, cuyos mensajes se insertan en forma difusa en nuestros cerebros y, de allí, a nuestras actitudes, gustos, intereses, muchas veces sin darnos cuenta del control y dominio al que se nos somete. Marx diría que se trata ahora de una “autoalienación”. Producida por la informática, añadiríamos nosotros.
Otra variante producida por el cambio de sociedad es el de la disciplina impuesta en forma externa (padres, profesores, curas, policía, cárcel, leyes, estado, etc.) todo lo cual entrega los límites dentro de los cuales se puede mover el individuo, a una especie de autocontrol permanente, que va más allá de la disciplina externa, pues ella se interioriza extendiendo esta lógica auto disciplinar más allá de las instituciones donde antes se forjaba la disciplina (hogar, escuela, iglesia, cárcel, etc.) proyectándola ahora a toda la sociedad en discursos del tipo “las cosas son así y punto”, “no podemos cambiar nada”, “acepto porque no tengo alternativas”, “si le discuto al jefe pierdo la pega”, “los poderosos hacen lo que quieren”, etc., etc. De este modo, los trabajadores de esta sociedad ayudan a ejercer y fortalecer el poder de quienes controlan la información y la utilizan para la construcción y divulgación permanente de una efectiva hegemonía ideológica sobre la totalidad de la población, de manera que cada individuo la abrace y la reconstruya permanentemente por si mismo (autodisciplina).
En la sociedad industrial los efectos de la acción disciplinar eran parciales, pues se contraponían con los efectos de la solidaridad y la lucha organizada de los trabajadores. Pero, en la sociedad de control, como dice Foucault “la vida misma de toda la población se torna objeto del poder”, siendo la labor superior de este poder impregnar la vida entera con su ideología, empezando por administrarla. Así, hoy lo esencial para el capitalismo es disponer no sólo del control de la vida de los ciudadanos, desde su origen, reproducción y fin, sino también las emociones, afectos, interrelaciones, espiritualidad, imaginaciones. Para ello, la revolución binaria ha sido fundamental. Debemos empezar a utilizarla con criterio político socialista.
c) El avance de lo neurológico
Los nuevos conocimientos acerca del cerebro humano y su funcionamiento se han producido sólo desde mediados del siglo XX, cuando dos ingleses, Alan L. Hodgkin (1914 – 1998) y Andrew F. Huxley (1917 - ) en la década de los cincuenta, empezaron a trabajar con calamares, luego de descubrir que estos animales tienen neuronas de gran tamaño, visibles incluso a simple vista, con lo cual sus experimentos relacionados con el funcionamiento del sistema nervioso de los animales fueron posible de controlar con mayor precisión.
Es así como hoy se sabe que en el cerebro humano, existen millones de millones de redes neuronales, neuronas que se conectan entre sí de acuerdo al tipo de información, gracias a uniones de tipo eléctrico químicas, fenómeno llamado sinapsis. Estas conexiones no son rígidas, están cambiando de manera permanente de acuerdo a si la persona quiere relacionar lo que está viendo en este minuto, con alguna experiencia suya anterior; o si desea recordar el nombre de esa hermosa dama que se cruzó con él en la calle; o si tiene que resolver una ecuación de segundo grado; o comparar el sabor del vino que está bebiendo con otro bebido la semana pasada; o si de pronto se asusta; o… en fin, la lista sería interminable.
Lo esencial es que debemos tener claro que nuestros circuitos cerebrales están en permanente cambio estructural y funcional, porque millones de nuestras neuronas, formando hileras, se conectan o desconectan una con otra según sea el tipo de información que circule por el cerebro. Las órdenes que este emite hacia el resto del cuerpo, a partir de la información que entregan los sentidos o el cuerpo en general, nos hace actuar de una u otra manera. Todos los circuitos neuronales están en continuo cambio y reordenamiento, ninguno es rígido.
Una cuestión importante aquí es el hecho que el cerebro del humano normal, recién nacido, tiene en potencia la posibilidad de conectar miles de millones de circuitos neuronales, donde la calidad y cantidad de estos circuitos va a depender de las condiciones sociales, económicas y afectivas del entorno. Y este entorno también será fundamental en la construcción y aceptación de lo que Humberto Maturana denomina ( ) “premisas fundamentales aceptadas a priori”, que son aquellas premisas en que se apoya nuestro sistema de pensamiento racional como punto de partida, pues uno las acepta como válidas “porque sí, porque uno consciente o inconscientemente así lo quiere”. En todo ser humano, desde estas premisas fundamentales surgen las “coherencias operacionales”, es decir, el universo de acciones, actitudes, pensamientos, etc. del día a día. Y en todo ello es el cerebro que recibe información, la procesa y ordena a nuestro cuerpo que reaccione de tal manera u otra.
Actualmente estamos en un proceso de transformación cualitativa de nuestra relación con el mundo que nos rodea, en especial con la naturaleza, gracias a los avances de las tecnología de la información, de ciencias en general, y en particular de la neurociencia. En este último caso, el conocimiento alcanzado, por ejemplo, acerca de la acción de determinadas sustancias químicas sobre las conexiones neuronales, las que a su vez generan determinadas conductas en las personas, abre un espacio tremendo de interrogantes acerca de las estrategias y acciones políticas futuras. Sólo a título de ejemplo, entre centenares existentes, leamos lo siguiente, aparecido en www.informador.com.mx:
LONDRES, INGLATERRA.- Un grupo de científicos ha demostrado que las personas son más individualistas o solidarias en función de la actividad de su amígdala cerebral, lo que contradice otras teorías previas que sugerían que la personalidad está relacionada con la actividad del córtex prefrontal.
La investigación está encabezada por el doctor del Instituto de Neurología de la Universidad de Tamagawa (Japón) Masahiko Haruno, quien contrastó las resonancias magnéticas funcionales de personas con orientaciones "pro-sociales" y las de personas individualistas.
Por individuos "pro-sociales" se entiende aquellos que "maximizan la suma de recursos para ellos mismos y los otros, lo que permite minimizar las diferencias entre los dos", según se explica en el artículo.
El estudio, que ha sido publicado en la revista "Nature", desvela que esta tendencia puede predecirse sólo con comprobar la actividad de la amígdala cerebral.
"Nuestro descubrimiento subraya el importante papel que juega el proceso de intuición automática en la interacción social", destaca Haruno en su artículo.
Los individuos pro-sociales prefieren maximizar los recursos para sí mismos pero a la vez que el resto dispongan de los mismos medios que ellos, mientras que los individualistas prefieren maximizar sus recursos sin tener en cuenta la cantidad de la que dispone el resto.
El modo en que la gente toma este tipo de decisiones ha sido objeto de debate, aunque una de las teorías más extendidas es que existe una respuesta automática que sólo considera el beneficio de uno mismo y que es el córtex prefrontal desde donde se envía una señal para controlar ese impulso.
Haruno y su equipo comprobaron esta idea observando cómo las mentes de las personas "pro-sociales" y las de los individualistas respondían al deseo que les despertaba conseguir dos premios, uno para ellos mismos y otros para un compañero.
El estudio concluye que la elección de los individualistas no estuvo influenciada por la capacidad de controlar ningún impulso, sino que se debía a una mayor o menor actividad en la amígdala cerebral…
Está claro hacia donde avanzará el capitalismo en su esfuerzo permanente de deshumanizar al ser humano.
CUATRO AVANCES DEL CONOCIMIENTO HUMANO
Hemos hablado del “marxismo enriquecido por el avance del conocimiento humano” que fue la manera como nuestro compañero Eugenio González Rojas caracterizó nuestro instrumento de análisis de la realidad social. Veamos cuatro de tales “avances” que describimos aquí de manera muy resumida y seguramente imperfecta, pero que consideramos urgente considerar para que efectivamente podamos recuperar el PS como poderoso instrumento de cambio social.
1. NECESIDAD DE APREHENDER EL PENSAMIENTO COMPLEJO
Ser humano y sociedad, dos realidades en un mismo espacio y tiempo; donde la sociedad es, precisamente…construida por las personas. Pero este producto surge siempre de la interrelación dialéctica de ambas realidades, de modo que la sociedad se reproduce en el individuo, influyendo, retroactuando y reconstruyéndolo de manera permanente y éste, a su vez, según sus niveles de comprensión, de voluntad política, de poder, de energía y pasión, modificándola. De este modo los actos sociales son generados como producto de esa interrelación dialéctica tanto individual como social.
En esta conceptualización, ser humano no es sólo sujeto histórico y social, sino también sujeto individual complejo, por lo que la política, entendida ésta como el arte y la ciencia de la dirección de procesos, está obligada a reconstruirse y reelaborarse integrando la relación dialéctica que se genera entre ambos conjuntos de conceptos, sin absolutizar ninguno de los dos. Se trata de una labor nada fácil, pero imprescindible si aspiramos a hacer política del siglo XXI.
Y para hacerla, debemos empezar a pensar de modo complejo, lo que significa el diseño y puesta en marcha de una pedagogía política para el cambio del modo de pensar cartesiano, lineal, de causa-efecto, racionalista y universal, por un nuevo modo de pensar cuya característica central es abordar la realidad como un proceso que es, al mismo tiempo, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico, que enlaza permanentemente la vida humana y la relación social (Morin. 1994).
Los ejes centrales del pensamiento complejo son (Tobón.2008):
* Principio dialógico. Los conceptos opuestos, que en la lógica formal se excluyen y rechazan (ser-no ser, verdad-mentira, etc) deben ser pensados de manera inclusiva (ser y no ser, verdad y mentira, etc,) sin que cada uno de ellos pierda su identidad.
* La totalidad no puede ser explicada como la sumatoria de sus partes, pues siempre es más que esta suma.
* El universo puede ser pensado como una inmensa “red de relaciones”
* Todo proceso tiene la capacidad de auto producirse y auto organizarse. Los efectos producen causas y las causas producen efectos (recursión organizacional). Los sistemas tienden a hacerse bucles a sí mismos, creando su propia autonomía, con el fin de preservarse manteniendo su forma, para lo cual gastan y sacan energía, información y organización del ecosistema donde existen (Morin. 2000).
* Hay sistemas en los cuales la parte está en el todo y, a la vez, el todo está en cada una de las partes, lo cual implica la necesidad de conocer el todo para comprender las partes y estudiar cada parte para conocer el todo.
* Todo investigador es un observador que observa un objeto observándose a sí mismo. Es decir, en el pensamiento complejo el conocimiento sobre algo es necesario pensarlo en relación al sujeto que construyó dicho conocimiento, analizando los efectos de sus actitudes y modelos mentales en la elaboración de dicho conocimiento, la metodología usada y su aplicación. En otras palabras, es necesario siempre realizar una observación sobre la observación.
* Los fenómenos tienen características regulares e irregulares. Dichas características interactúan en los procesos sociales dentro del un continuum orden-desorden.
* Es preciso combinar el análisis cualitativo con el cuantitativo.
* La realidad está en continuo cambio.
* La ética del pensamiento complejo es la promoción del diálogo entre las ideas, favorecer el encuentro entre las personas y crear lazos de solidaridad, en procura de una tierra patria humanizada.
* El pensamiento complejo integra al pensamiento simple, no abandonando el conocimiento de las partes por el conocimiento de las totalidades, ni el análisis por la síntesis, sino conjugando ambas formas de abordar la realidad.
* Para pensar de modo complejo es fundamental transformar nuestra mente simple, en mente compleja.
Como señala Edgar Morin “…Lo Humano permanece cruelmente dividido, fragmentado en pedazos de un rompecabezas que perdió su figura. Aquí se enuncia un problema epistemológico: es imposible concebir la unidad compleja de los humanos por medio del pensamiento disyuntivo, que concibe nuestra humanidad de manera insular por fuera del cosmos que lo rodea, de la materia física y del espíritu del cual estamos constituidos, ni tampoco por medio del pensamiento reductor, que reduce la unidad humana a un substrato puramente bio anatómico.
“Las mismas ciencias humanas están divididas y compartimentadas. La complejidad humana se vuelve así invisible y el ser humano se desvanece como una “huella en la arena”. Además, el nuevo saber por no estar religado tampoco está asimilado ni integrado. Paradójicamente, hay un agravamiento de la ignorancia del todo, mientras que hay una progresión del conocimiento de las partes.
2. ACERCA DE LA CLASE OBRERA.
La concepción de Marx respecto al avance y desarrollo de la humanidad correspondía a una visión de causa-efecto, propia del pensamiento “científico” del siglo XIX, ya que según lo que planteó, ella se basaba en la explotación del hombre por el hombre, siendo el motor del desarrollo de la humanidad la lucha de clases. Así, unos pocos “malos” abusaron históricamente de una mayoría de “buenos” alienados, ignorantes, sumisos, cuya única manera de liberarse era apropiándose en forma colectiva de los medios de producción en el momento que el desarrollo de las fuerzas productivas alcanzaran su clímax. En otras palabras, la revolución sólo era posible en aquellos países donde el capitalismo hubiese llegado a su máximo desarrollo. La etapa de tránsito desde el capitalismo a la nueva sociedad correspondería a la dictadura del proletariado industrial.
No queda claro en los escritos de Carlos Marx la definición del instante en que la clase obrera iba a tomar conciencia de la necesidad de asumir el rol de dirección del proceso de apropiación. En todo caso, la concepción marxista-leninista resolvió ésto asignando dicho rol a la “vanguardia del proletariado”, es decir, al partido comunista.
Lamentablemente el desarrollo histórico del siglo XX y de los primeros años del actual, muestra que el desarrollo elaborado por Carlos Marx no ha sido seguido por las vanguardias revolucionarias que han asumido el poder de gobierno en América Latina, Europa, Asia, África u Oceanía ya que desde el mismo día en que asumen el poder desplazan a la “clase obrera” y a los trabajadores en general de la participación en la toma de decisiones, transformando la dirección de sus gobiernos en procesos cupulares cerrados.
En los países occidentales, la clase trabajadora industrial de los países más avanzados se ha dividido, aburguesado y perdido su voluntad de transformación social. Hoy día, en el marco de la nueva sociedad de la información y control, ya lo expresamos, las organizaciones políticas y sindicales de esta clase se han debilitado y fragmentado.
En el actual contexto histórico urge repensar el planteamiento de Marx centrado exclusivamente en el grupo que conforma el homo faber, u homo economicus como también se le llama al ser humano cuya actividad central e interés se relaciona estrictamente con la producción de bienes y servicios para obtener una remuneración, es decir la clase obrera industrial.
Algo de crítica implícita a este planteamiento hizo el PS cuando en la década de los 40 se empezó a referir a los “trabajadores manuales e intelectuales”.
Las sociedades actuales son más complejas y es preciso definir estrategias políticas no sólo a la categoría “trabajadores” sino que también a otras categorías (cesantes, jóvenes, mujeres reducidas a su hogar, tercera edad, etc.) realizando un permanente quehacer integrador y de fortalecimiento político mediante la construcción de redes de intereses apoyadas en las nuevas tecnologías de la información y la información.
3. ACERCA DEL SER HUMANO
¿Es posible el desarrollo del lado bueno del trabajador sólo con el quiebre de la organización capitalista?
Este es un tema teórico no menor, considerando que los avances de las ciencias psicológicas y neurológicas que le estudian demuestran que el ser humano es al mismo tiempo bueno y malo, predominando uno u otro aspecto en un lugar y tiempo determinados, según las condiciones objetivas en que ha nacido y vive; de su arquitectura genética; de su cultura, conocimientos y desarrollo de valores morales y éticos; además de sus aptitudes y actitudes. Como dice Edgar Morin ( ) “bondad y maldad pertenecen a la complejidad del homo demens”. La acción de violadores, torturadores y asesinos de cualquier dictadura, así como la acción de personas dispuestas a dar su vida por el bienestar de los demás, demuestran esta afirmación”
La teoría marxista construida alrededor del concepto homo faber, tuvo una construcción simétrica, por la misma época, realizada por Sigmund Freud, quién empezó a bucear en la naturaleza psíquica y afectiva del ser humano, planteando que este se hallaba permanentemente sometido al conflicto dialéctico entre Eros y Tanatos, el amor y la muerte, además de la pulsión y la represión.
Freud planteó que esos conflictos son causa y efecto de la permanente variabilidad interna de cada persona, lo cual hace que cada ser humano, además de ser distinto al del lado, nunca se adapta a su destino de ser mortal, ni tampoco se adapta al destino social de ser reprimido.
Es lamentable que nunca se hizo un esfuerzo teórico y sistemático para intentar unir las investigaciones de Marx y Freud, en un corpus único, siendo ambos geniales buceadores de la realidad humana
Ya Edgar Morin señaló que “…la explotación del hombre por el hombre, situación en la que Marx había visto la llave y el cerrojo del problema de las relaciones humanas, no sólo corresponde a unas ciertas condiciones históricas dadas, sino que corresponde también a las estructuras neuróticas de cada uno y también a las relaciones neuróticas entre las personas, cosa que ya había señalado el perspicaz psicoanálisis que realizó Hegel de las relaciones amo-esclavo, donde el amo se entrega a la tarea de lograr su reconocimiento como sujeto-dios, planteando tal neurosis como algo inherente a la condición humana… Marx creyó que el hombre podía cortar con el nudo gordiano de la relación entre el amo y el esclavo, el de la explotación del hombre por el hombre en el plano de la propiedad de los medios de producción, cuando la realidad señala que este es sólo uno de los nudos del problema multidisciplinar y complejo del ser humano”.
El actual conocimiento del cerebro humano demuestra que los procesos de observación que hacen las persona se desarrollan a partir de las señales o información que envían las cosas o fenómenos que llaman la atención a nuestros sentidos, los cuales envían dicha información al cerebro para su procesamiento y decisión. La limitación objetiva, sin embargo, es que de cualquier o fenómeno u objeto somos capaces de recibir sólo una parte ínfima de las señales o información que emite, lo que de modo permanente nos dificulta su comprensión total.
El estímulo que induce toda señal que llega al cerebro, nos hace tomar conciencia de los fenómenos externos. Para que esta toma de conciencia, además suponga nuevo conocimiento, es necesario que nuestro cerebro realice un permanente proceso de interpretación del estímulo. Pero esta interpretación es subjetiva y su calidad va a depender de la arquitectura genética del individuo, de su cultura, historia, evolución y medio ambiente en que se ha desarrollado. Dicho en otras palabras, todo observador no sólo interpreta la realidad de manera distinta, sino que esa interpretación transforma a la persona en parte indisoluble de la realidad captada.
Es la mente de cada persona, con sus capacidades y limitaciones, la que construye un esbozo de los fenómenos, conceptos, ideas y cosas que percibe, y también reacciona ante ellos con mayor o menor intensidad, según sea la manera como conoce y comprende su entorno, por lo que deberíamos profundizar y actuar mucho más en la dialéctica que relaciona las condiciones objetivas para el cambio, con las condiciones subjetivas de las personas, campo este último directamente relacionado con la elaboración y difusión de ideología. Al no comprender o ignorar este hecho, todos los gobiernos de la Concertación han entregado el control de esta elaboración y difusión a la derecha…
¿QUÉ SIGNIFICA HOY DÍA PENSAR SOCIALISTA?
Sólo a título de provocación, para la reflexión interna, proponemos los siguientes significados.
SIGNIFICADO Nº 1.
El pensamiento dialéctico debe ser repensado, despojándolo de la relación causa-efecto que impregna de voluntarismo muchas de las propuestas que hace el PS en sus congresos. Esto supone que el partido debe ser concebido como organización autopoiética ( ) en permanente elaboración de praxis política que ayude, no que se oponga como por desgracia hoy sucede, al cumplimiento de su razón histórica: construir la sociedad socialista. La organización vertical-cupular debe ser drásticamente cambiada a una horizontal en redes, ya que esta es, como hemos señalado, la manera como hoy se organiza la sociedad del control.
SIGNIFICADO Nº 2.
El pensamiento socialista tiene como raíces fundamentales: el manejo de la dialéctica; el reconocer la existencia de luchas de polos con intereses contrarios, siendo la lucha capitalismo-socialismo la fundamental; el identificar al ser humano, actor esencial de cualquier cambio, con sus complejidades, diferencias y niveles de desarrollo de su conciencia; la lucha permanente contra la alineación; la conciencia de que es posible alcanzar una sociedad socialista.
SIGNIFICADO Nº 3.
La lucha por el cambio social debe tener diferentes formas, adecuadas a las distintas formas en que se organizan los grupos humanos y a las características específicas de éstos.
SIGNIFICADO Nº 4.
La lucha por el cambio social no puede dejar de lado el desarrollo de las condiciones subjetivas, las que, contrariamente a lo que pensaba Marx, no son resultantes causa-efecto del desarrollo de las condiciones objetivas. El avance exponencial de las tecnologías de las comunicaciones y la información, controladas por el capitalismo, demuestra que se han dado las condiciones para que las condiciones subjetivas se autonomicen de las objetivas, logrando un efecto de aceptación progresiva y acrítica del capitalismo actual organizado en su fase controladora.
Se suma a lo anterior el que la mente humana presenta limitaciones objetivas para aprehender en forma holística los fenómenos de su entorno, por lo que la labor política de fortalecimiento permanente de la participación debe ser una tarea central del PS.
PAG/febrero de 2010
Adonis Sepúlveda, Paddy Ahumada y otros. Propuesta de Proyecto Socialista. Septiembre de 1995. (Esta propuesta no fue considerada por la mayoría de la Comisión Nacional, fuertemente influenciada, en esos tiempos, por la “renovación” encabezada por Carlos Altamirano. Finalmente, la convocada Conferencia del Proyecto Socialista, que se iba a realizar en 1995, fue suspendida indefinidamente).
Posición de Izquierda Socialista ante el documento El nuevo horizonte del socialismo chileno” emanado del XXV Congreso General del Partido Socialista de Chile.
Hugo Fazio. Mapa de la extrema riqueza al año 2005. LOM Editores.
Bauman Zigmunt (2006). La globalización. Consecuencias humanas. Fondo de Cultura Económica. México.
Maturana R., Humberto. (1990). Emociones y lenguaje en educación y política. Ediciones Pedagógicas Chilenas S.A. Santiago.
Morin, Edgar. (2002) Introducción a una política del hombre. Gedisa Editorial. Barcelona. España
Autopoiesis: Capacidad de una organización para reproducirse de acuerdo a las condiciones de su entorno, manteniendo su identidad, y teniendo como elemento central de su accionar la información y el conocimiento.
Paddy Ahumada G.