Concluyó el XXXI congreso ideológico del Partido Socialista. Tuvo poco de ideológico y mucho de tanteo de fuerzas para la próxima elección de directiva, el 26 de mayo. El PS ha dilapidado -en aras del neoliberalismo- el caudal ideológico, político y social que había acumulado en el siglo pasado. Nadie se explica por qué continúa utilizando el apellido Socialista cuando desde 1990 su tarea como instrumento político ha consistido en remozar y maquillar el capitalismo, compartiendo esa labor -cubierta de elogios por la gran burguesía- con otros sectores social demócratas y demócrata cristianos.
El PS carga con varios bacalaos políticos -entre ellos algunos socios del neoliberalismo, los rescatistas de Pinochet preso en Londres, los beneficiarios de platas negras de SQM, etc.-
La influencia de esos condotieros de la política y las finanzas ha desestibado la carga ideológica del PS introduciendo en su práctica el doble estándar que le lleva a proclamar principios que en la práctica no acata. Lo que hoy sucede en el PS -el partido del Presidente Allende- es una desgracia para el pueblo trabajador que necesita de una Izquierda anticapitalista a la cabeza de sus luchas. La Izquierda casi ha desaparecido en Chile, entre otras razones por la actividad destructiva de la ideología que ha cumplido la oligarquía política en el PS y otros partidos.
Como suele ocurrir en sus periodos de abstinencia burocrática, el PS se inclina una vez más a la izquierda. Plantea una nueva Constitución vía Asamblea Constituyente y se propone “derrotar la desigualdad, profundizar la democracia e impulsar un nuevo modelo de desarrollo inclusivo”, según su presidente Alvaro Elizalde. Todo esto con el propósito de reagrupar a la ex Nueva Mayoría y sumar al Frente Amplio. ¡Cómo quisiéramos creer que el PS retorna a los principios de una política de izquierda! Sin embargo, es imposible. El PS ha co-gobernado el país más de un cuarto de siglo y no ha movido un dedo para avanzar hacia los objetivos que vuelve a rescata de su almacén programático.
El PS del siglo XXI no es ni la sombra del partido de ideólogos y políticos de la talla de Eugenio González, Julio César Jobet, Belarmino Elgueta, Alejandro Chelén Rojas, Salomón Corbalán, Clodomiro Almeyda, Raúl Ampuero, Carlos Altamirano, Pedro Vuskovic y Salvador Allende, el principal entre sus pares.
A punto de cumplir 86 años el PS carece de la honorabilidad política basada en lealtad a los principios para honrar su pacto original con los trabajadores. Desde luego el PS ha dejado de ser marxista. Abandonó su defensa ardiente de los principio de no intervención y de autodeterminación de los pueblos para contener los desmanes del imperialismo en América Latina y el Caribe. Junto con el PPD y el PR apoya la extorsión imperialista a la soberanía de Venezuela de la Internacional Socialdemócrata.
Desde luego, recuperar a los sectores sociales y políticos cuyo rol histórico está en una Izquierda leal al pueblo y armada con una alternativa de poder que convoque a la mayoría, incluyendo a las FF.AA., es el camino que conduce al futuro.
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